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Monreale – Sicilia (Lunes, 13-07-2015, Gaudium Press) La Catedral de Monreale, en Sicilia, Italia, acaba de ser declarada «Patrimonio de la Humanidad». Mons. Michele Pennisi, arzobispo de Monreale expresó su contento por el «hecho de la Catedral de esta ciudad haber sido incluida en la ‘World Heritage List’, de la Unesco, como Patrimonio de la Humanidad».
«Hago votos -dice también el arzobispo- que ‘en este templo de oro’ se continúe conjugando la actividad de culto con la acogida de los peregrinos y turistas, en un clima de respeto. Espero que pueda haber además una sinergia entre la Arquidiócesis, la Parroquia, la Prefectura de Monreale y las otras instituciones, a fin de que este importante bien cultural pueda ser salvaguardado y valorizado».
Mons. Pennisi desea en su nota que «la iniciativa de la Semana de la Música Sacra de Monreale pueda ser retomada, al entrar en función su órgano monumental, gravemente dañado durante el último temporal, cuyos rayos alcanzaron el pináculo de la Catedral».
La Catedral de Monreale
La construcción de la Catedral de Monreale tuvo inicio en 1174, por orden de Guillermo II, es una de las más importantes construcciones sacras de la cultura normanda en Italia. La iglesia está dedicada a Santa María Nova.
Cuenta la historia que Guilherme dormía en la sombra de un árbol, en el campo, cuando Nuestra Señora se le apareció en sueños, diciendo: «En este lugar donde duermes está escondido el mayor tesoro del mundo. Escávalo y con él construye un templo en mi homenaje».
Habiendo despertado, el Rey siguió la recomendación de la Virgen: escavó el lugar y allí encontró un tesoro en monedas de oro. Luego aplicó la fortuna encontrada en la construcción del santuario. Él llamó para su decoración maestros árabes, venecianos y bizantinos, especializados en la técnica del mosaico e hizo que con ellos cubriesen el ábside y las paredes con paneles de excepcional valor artístico.
El exterior de la Catedral
Su fachada tiene un pórtico renacentista con tres grandes arcos. Él fue agregado entre 1547 y 1569, por obra de Giovanni Domenico Gagini y Fazio Gagini, y oculta el frontispicio primitivo, decorado con mosaicos, altorrelieves y puertas de bronce de Bonanno Pisano y Barisano de Trani.
Por los lados se levantan dos torres cuadradas asimétricas, flanqueando el frontón retirado, decorado con arcos entrelazados en relieves.
El interior de la Catedral
Su interior es amplio y se divide en tres naves, siguiendo el esquema de las basílicas católicas italianas, integrando características de la arquitectura ortodoxa en áreas como el coro tripartido.
La columnata monolítica en el interior es posiblemente originaria de construcciones más antiguas, y soporta una serie de grandes arcos que separan las naves.
Los capiteles corintios datan del período clásico y el techo tiene recubrimiento en madera ricamente decorada. Separada de la nave por un transepto está la capilla-mayor, de forma absidal y techo en media-cúpula, con una ventana única en el centro de la pared de fondo y un altar-mayor del siglo XVIII de Luigi Valadier, construido en metales preciosos.
La decoración interna posee características notables: mosaicos policromos y dorados, cubriendo casi totalmente el interior. Posee un extraordinario efecto de conjunto, mostrando frisos geométricos, medallones y diversas imágenes de santos y ángeles, con inscripciones en griego y latín, e ilustran varios episodios de la Biblia.
El Cristo Pantocrator se destaca en la monumental capilla-mayor, con la Virgen y el Niño, santos y ángeles abajo. El piso también merece atención: trabajado en mosaico de mármol, en una técnica conocida como «opus alexandrinum», completado solamente en el siglo XVI.
En el interior de la Catedral se encuentra el sarcófago de Guillermo II, de la misma época de la catedral, el de su esposa y sus dos hijos, además de una urna con reliquias ‘ex corporis’ de San Luís IX, de Francia.
En los siglos XVII y XVIII fueron agregadas dos capillas barrocas, aunque más tarde hayan sido aisladas del cuerpo de la iglesia. El coro fue parcialmente destruido por un incendio en 1811, dañando los mosaicos, los órganos, reconstruidos pocos años después, aunque con técnica y gusto bastante inferiores a los originales.
Claustro
Al lado de la Catedral están el Palacio Arzobispal y el Monasterio Benedictino, rodeados de una gran muralla y torres. El complejo sufrió profundas remodelaciones, restando poco de la arquitectura normanda primitiva, excepto algunas torres y el bello claustro, uno de los más significativos de Italia por sus dimensiones y rica decoración de mosaicos y columnas duplas, cuyos capiteles son todos diferentes entre sí. (JSG)
De la Redacción de Gaudium Press, con informaciones de Radio Vaticana.
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