Roma (Jueves, 24-12-2015, Gaudium Press) Ente los eventos jubilares que tendrán lugar en Roma al comenzar el 2016, habrá uno que destacará entre los demás. Será la apertura de la Puerta Santa en la Basílica de Santa María la Mayor, considerado el monumento religioso de la piedad mariana por excelencia de la Ciudad Eterna.
Basílica Santa María la Mayor, Roma. |
El acontecimiento, presidido por el Papa Francisco, ocurrirá el próximo 1º de enero en la solemnidad de María Santísima Madre de Dios, festividad mariana más antigua de occidente, que se conmemoraba incluso en las catacumbas bajo Roma, donde se reunían los primeros cristianos en los tiempos de las persecuciones. La festividad fue proclamada como tal durante el concilio de Éfeso del año 431.
La apertura de la Puerta Santa en la Basílica Pontificia en esta fecha tiene un gran significado, ya que resalta justamente el título de María como «Madre de Dios», que es, sin duda, el nombre más importante que recibe la Virgen María, ya que de él dependen sus demás títulos, así como sus privilegios y cualidades.
«María está tan unida a Jesús porque él le ha dado el conocimiento del corazón, el conocimiento de la fe, alimentada por la experiencia materna y el vínculo íntimo con su Hijo. La Santísima Virgen es la mujer de fe que dejó entrar a Dios en su corazón, en sus proyectos; es la creyente capaz de percibir en el don del Hijo el advenimiento de la ‘plenitud de los tiempos’ (Ga 4,4), en el que Dios, eligiendo la vía humilde de la existencia humana, entró personalmente en el surco de la historia de la salvación. Por eso no se puede entender a Jesús sin su Madre», señalaría el Papa Francisco durante la solemnidad mariana del presente 2015.
Primer templo romano consagrado a la Virgen María
La Basílica Santa María La Mayor es el tercero de los templos patriarcales construidos al interior de Roma. En sus inicios recibió por nombre «Basílica Liberiana», ya que fue construida a mediados del siglo IV en el tiempo del Papa Liberio. Pero tiempo después, en el año 434, fue restaurada por orden del Papa Sixto III recibiendo por nombre «Santa María La Mayor», para recordar la proclamación solemne de la Virgen María como «Madre de Dios» hecha en el Concilio de Éfeso. Con esta nueva dignidad, la iglesia se convierte en el primer templo romano, así como de occidente, consagrado a la Virgen María.
Al interior de la Basílica mariana se halla el icono María «Salus Poluli Romani» y la reliquia de la cuna del Niño Jesús. |
En la fiesta de la dedicación del templo, el 5 de agosto, también se evoca un suceso extraordinario relacionado con el templo mariano: el «Milagro de la nieve». De acuerdo con la tradición, en la noche del 5 de agosto del año 358, cuando Roma se encontraba en pleno verano, nevó de manera inusual en la colina romana del Esquilino. Se cuenta también que por este tiempo la Virgen María se le apareció en un sueño al Papa Liberio solicitándole construir un templo en su honor en el lugar donde había nevado. Este hecho que se recuerda todos los años con espectáculos de luces y un manto de pétalos de flores blancas que visten a la Basílica.
La Basílica también es conocida con el nombre de «Santa María ad praesepe», porque en su interior se conserva la reliquia de la cuna del Niño Jesús (Ver noticia: La ‘Sagrada Cuna’ del Niño Jesús: tesoro espiritual que guarda la Ciudad Eterna). Igualmente, el templo resguarda el hermoso ícono de María «Salus populi romani» que se halla en la capilla Paolina y es de gran devoción de los pontífices. A este icono mariano es donde el Papa Francisco entrega una ofrenda floral una vez regresa de sus viajes apostólicos fuera de Italia.
Con información de iubilaeummisericordiae.va y vatican.va.
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