sábado, 07 de diciembre de 2024
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Más de 2,5 mil fieles acompañaron la ordenación de nuevos sacerdotes en Brasilia

Brasilia (Viernes, 01-07-2016, Gaudium Press) La Catedral Metropolitana de Brasilia estaba llena, con más de 2,5 mil fieles el pasado sábado 25, cuando la Iglesia de la Capital federal brasileña celebró la ordenación de nueve sacerdotes.

En la ocasión, fueron ordenados presbíteros los diáconos Caio César Biacchi; Marcelo da Silva Lima; Marcus Venícius de Sousa Alcântara; Paulo Rogério Fernandes dos Santos y Remilson Sousa Rocha; Isaac Silva Rocha; José de Paula Pinto; José Fernando Monsalve Marín y Mateus Pereira de Araújo.

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Presidida por el Arzobispo de Brasilia y presidente de la Conferencia Nacional de Obispos del Brasil (CNBB), Mons. Sergio da Rocha, y concelebrada por los obispos auxiliares, Mons. Marcony, Mons. José Aparecido y Mons. Valdir, la ceremonia contó también con la presencia del obispo auxiliar emérito de Brasilia, Mons. Terra, del obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Fortaleza, Mons. Rosalvo Cordeiro de Lima, y del clero de la Arquidiócesis de Brasilia.

Ya al inicio de la celebración, Mons. Sergio agradeció a todos los presentes y felicitó, de forma especial, a los familiares de los nuevos sacerdotes.

En su homilía, el prelado comentó el hecho de que los hasta entonces diáconos se tornaron sacerdotes en el Año de la Misericordia. «La Arquidiócesis tiene la alegría de celebrar esta ordenación sacerdotal en el Año Santo de la Misericordia. Por eso, los nuevos presbíteros tienen la gracia de ser ‘padres del año santo'».

En seguida, recordó que ellos, como «padres del Año Santo», deben ser sacerdotes santos que van a auxiliar a la comunidad «a vivir en la santidad, por la palabra y el testimonio de vida», pues «la santidad de los sacerdotes debe ser señal y estímulo para la santidad del pueblo de Dios».

Además, Mons. Sérgio aconsejó a los neo-sacerdotes acerca de la necesidad de llevar a Dios al pueblo sediento de amor y misericordia.

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«Sean presbíteros llenos de compasión, que abrazan generosamente la misión tan bella descrita por el profeta Isaías, cumplida plenamente por Jesús: ‘llevar la buena nueva a los humildes, curar las heridas, predicar la redención a los cautivos y la libertad para los que están presos; consolar a los que lloran; proclamar el tiempo de la gracia». Queridos hermanos que están siendo ordenados: los pobres están a la espera de la buena nueva; los de corazón herido están esperando por alguien que suavice sus llagas; los cautivos necesitan de libertad; los que lloran esperan por quien los consuele; todos anhelan por el tiempo de gracia. ¡Hay mucha gente esperando por ustedes!».

Al final, el prelado incluyó a la comunidad en la responsabilidad de rezar y ayudar a los nuevos padres a permanecer fieles al propósito de Dios.

«Nadie es sacerdote por sí mismo, contando apenas con su fuerza y capacidades. Quien es ordenado dice su «sí», siempre «con la gracia de Dios», según el ritual de Ordenación. Por eso, quien recibe la gracia del sacerdocio necesita mucho de la oración y el apoyo fraterno para vivir los ministerios recibidos, de modo santo y fiel. Por eso, pido a todos los hermanos y hermanas: recen por nuestros padres; ayuden a nuestros padres a ser sacerdotes santos y misericordiosos, fieles y felices», concluyó. (LMI)

De la redacción de Gaudium Press, con informaciones de la Arquidiócesis de Brasilia

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