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Teresina – Piauí (Lunes, 08-05-2017, Gaudium Press) El Arzobispo de Teresina, en Piauí, Mons. Jacinto Brito, comentó la importancia del Santo Sudario de Turín. De acuerdo con el prelado, la Iglesia Católica ve como una reliquia preciosa el tejido que mide 4,32 metros de largo y 1,10 metros de ancho y que envolvió a Nuestro Señor Jesucristo.
«Aquella sábana que José de Arimatea trajo, de lino, en forma de espina de pez, tiene características muy especiales. La historia es larga y comienza en Jerusalén. De acuerdo con investigaciones, pasó por Esmirna y también estuvo en Constantinopla. Después de esta etapa quedó por un período sin que podamos saber su ubicación y volvió a reaparecer en Francia, en el siglo XVIII. Y ya hace años que él está en una Iglesia en Turín. (…). Hasta entonces pertenecía a una familia real europea y, ya que es una gran reliquia, debía realmente estar en manos de la Iglesia», contó, al acordarse de su visita a la Iglesia que alberga el Santo Sudario en Turín, Italia, en el año 2000.
Sabiendo que la figura del rostro del hombre del Sudario ha impresionado generaciones, Mons. Jacinto recordó que la sábana es, hasta hoy, objeto de estudios e investigaciones realizadas por cristianos y laicos.
«Ellos (los no cristianos) quieren estudiar el Sudario y desean desenmascarar esta idea mística y poética de los cristianos. Pero sabemos que al iniciar los estudios muchos se apasionan y no quieren más abandonar el estudio», afirmó.
De acuerdo con el Arzobispo, encontramos una larga tradición que confirma que el rostro contenido en el paño es del propio Jesús e, inclusive, hay características consideradas fuertes en el campo sobrenatural envolviendo al sudario.
Además, la curiosidad de los científicos y también del hombre común se intensificó a partir de 1898. «La máquina fotográfica había sido descubierta y un hombre llamado Secondo Pia, gran fotógrafo de la época, pasó a insistir junto a la Iglesia que se le autorizase fotografiar el Santo Sudario y el permiso fue dado», explicó.
En la época, el fotógrafo montó andamios, hizo los registros y ya en laboratorio, después de analizar y revelar la foto, constató que la imagen contenida en la placa era mucho más nítida y comprensible de lo que se veía directamente en el sudario. El proceso de revelación, normalmente, ocurre del negativo para el positivo y, en el caso en cuestión, ocurrió en la forma negativa, siendo así, invertido.
Después de esa confirmación, el profesional quedó desconcertado y, a la misma hora, sintió la necesidad de repetir la experiencia. «Y una vez más, la experiencia ocurrió en el proceso negativo. Entonces, se da inicio al surgimiento de pesquisas y de características singulares que resisten a los cuestionamientos», destacó Mons. Jacinto.
Todavía conforme el prelado, pesquisas diversas certifican que el tejido no fue pintado. «Ya analizaron que no fue teñido con material, sea del reino vegetal, animal e mineral. Se trata de manchas de sangre humana. Inclusive la sangre es AB, tipo más común entre los judíos».
«En el hombre del sudario encontramos las marcas de la corona de espinas, además del lugar por atrás de la región de la cabeza que coincidía con el lugar que tocaba con la cruz, es una llaga solo por causa de las espinas. En la región del hombro estaba la cruz y tiene llagado más profundo y eso se confirma en el Santo Sudario», completó Mons. Jacinto.
Hay también la información de que el tejido del sudario posee el polen de una flor que apenas desabrocha en el tiempo de la Pascua en una región próxima de aquella antigua Jerusalén.
«La Iglesia mira para él (el Santo Sudario) como una preciosa reliquia y se acuerda que todo aquel sufrimiento fue en vista de nuestra salvación», concluyó el Arzobispo de Teresina. (LMI)
De la redacción de Gaudium Press, con informaciones de la Arquidiócesis de Teresina
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