Karaganda (Viernes, 12-05-2017, Gaudium Press) La Catedral de Nuestra Señora de Fátima en Kazajistán, el templo edificado sobre lo que fue uno de los principales gulag – campo de concentración soviético – a donde se enviaron numerosos creyentes perseguidos, será el centro de las celebraciones por la Fiesta de Nuestra Señora de Fátima y el Centenario de las apariciones. La celebración congregará a los prelados de las Iglesias Católicas de Rusia y Asia Central, quienes renovarán la consagración de sus países al Inmaculado Corazón de María.
Catedral de Nuestra Señora de Fátima en Karaganda, Kazajistán. Foto: New Liturgical Movement. |
Según informó AsiaNews, el encuentro de oración congregará a todos los sacerdotes católicos y religiosas de la región . En un Congreso Mariano sobre los acontecimientos en Fátima, el Arzobispo de Moscú, Mons. Paolo Pezzi, expondrá sobre la veneración a la Santísima Virgen y la imitación de sus virtudes. Como María, nosotros también estamos llamados a ser un instrumento para que el Señor se haga carne». El encuentro incluye un concierto de órgano y una visita a la fosa común en la cual se enterraron más de 20 mil personas.
La celebración del 13 de mayo en horas de la mañana será presidida por el Cardenal Josef Cordes, enviado papal para la fiesta, y en esta Eucaristía se realizará la renovación de la consagración de Rusia y Asia Central, que busca reafirmar el deseo de la Iglesia de dar cumplimiento a las peticiones de la Santísima Virgen en Fátima, quien advirtió que el abandono de la fe en este país tendría graves consecuencias para todo el mundo.
«El ícono de Nuestra Señora de Fátima viajó por nuestras parroquias, donde se detuvo de 10 a 15 días. También fue llevado a las familias», relató Mons. Adelio Dell’Oro, Obispo de Karaganda, quien destacó la devoción de los fieles que se congregaron para recitar el Santo Rosario. «Una mujer anciana en Almaty, quien había estado en cama largo tiempo, se puso de pie cuando llegó el ícono». Las jornadas de oración atrajeron incluso la participación de no católicos en un país predominantemente musulmán.
La Iglesia en Kazajistán vive una situación particular después de un animado crecimiento de la fe tras la caída de la Unión Soviética y la restauración de la libertad religiosa. Progresivamente muchos de los creyentes del país, llegados de otras regiones como prisioneros, pudieron regresar a sus países, lo que causó una notable reducción de la comunidad cristiana. «Espero que esta celebración será un estímulo para convertir mi vida para hacer a Dios más presente a través mío», declaró el Obispo a AsiaNews. «Como Nuestra Señora dice, ‘mi Inmaculado Corazón triunfará'».
Con información de Asia News.
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