Redacción (Martes, 29-08-2017, Gaudium Press) El Día del Catequista se celebró el domingo 27 de agosto en la Iglesia que peregrina en Brasil, en comunión con la fecha en homenaje a los laicos. Las dos conmemoraciones se insertan en el mes vocacional.
Entrevistado por el portal de la CNBB, el obispo de Goiás, Mons. Eugênio Rixen, comentó la importancia de la catequesis como enseñanza esencial de la fe.
El antiguo presidente de la Comisión para la Animación Bíblico-Catequética de la CNBB por dos mandatos y autor de varios libros sobre iniciación a la vida cristiana, afirmó que «de hecho, el catequista está al servicio de la iniciación a la vida cristiana de niños, adolescentes, jóvenes y adultos. Por eso, él recibe una misión de su comunidad».
«(…) Hoy, más que nunca, el catequista precisa ser un testigo de los valores del Evangelio, pues se atrae más por el ejemplo de vida que por muchas palabras no vividas», resaltó el obispo.
Mons. Rixen explicó además que la primera intención de la catequesis es ayudar a los catequizandos y crismandos a hacer una verdadera experiencia de Dios a través del anuncio del kerigma, el anuncio inicial sobre el amor de Dios. «Después de este primer anuncio, comienza la catequesis propiamente dicha que profundiza el contenido de la fe, hace entrar a la vida de los sacramentos, estudia la moral cristiana y lleva a una profunda vida de oración».
Conforme Mons. Rixen, ser catequista es dar continuidad al ministerio de la Palabra iniciado por Jesús y transmitida a los apóstoles.
Al unirse a la voz de la CNBB, que a través de su Comisión para la Animación Bíblico-Catequética encaminó un mensaje a todos los catequistas firmado por el Arzobispo de Curitiba, Mons. José Antônio Peruzzo, el obispo de Goiás felicitó a los evangelizadores que, con entusiasmo, inician niños, jóvenes y adultos en el camino de Jesús.
«Es una misión fundamental para la Iglesia. Me gustaría, entretanto, que los padres y los obispos valorizasen aún más la misión de aquellos que ejercen este servicio eclesial, apoyándolos a través de la oración y acompañándolos en los encuentros, valorizándolos en las celebraciones y ayudándolos proporcionando materiales de calidad. Estoy en comunión de oración con los catequistas que se dedican de cuerpo y alma a la catequesis», encerró el prelado. (LMI)
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