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Minsk (Viernes, 29-09-2017, Gaudium Press) El Arzobispo de Génova, Italia, Cardenal Angelo Bagnasco, inauguró el pasado jueves 28 de septiembre en Minsk , Bielorrusia, la Asamblea Plenaria del Consejo de Conferencias Episcopales de Europa (CCEE) en su calidad de Presidente. El purpurado hizo una descripción de una Europa «algo agotada, tal vez secretamente decepcionada» y pidió a los creyentes llevar esperanza al continente., el cual «no debe despilfarrar los dos mil años de historia que la ligan al cristianismo».
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| Cardenal Angelo Bagnasco, Presidente del Consejo de Conferencias Episcopales de Europa. Foto: Fabio Kobayashi / Gaudium Press |
El Card. Bagnasco expuso que «Europa está cansada de incertidumbre» y que ha perdido la alegría y la seguridad sobre su identidad, «agobiada bajo el peso de recuerdos trágicos hasta el punto de querer borrar su pasado por medio de un renacimiento imposible y triste». El purpurado explicó que el continente no es una simple agrupación de personas y países vecinos, «sino una obra espiritual y ética; no es un organigrama, sino un cuerpo viviente, una comunidad de vida y destino», según informó Alfa y Omega.
La pérdida de esperanza ha traído para la región una esterilidad que se expresa en un cambio frente a la energía, » la fortaleza de los ideales, la capacidad de sacrificio, la iniciativa para investigar la naturaleza, los avances tecnológicos, el gusto por la filosofía, la literatura y las ciencias» y otras expresiones que llevaron a Europa a un liderazgo en el desarrollo. El pesimismo, sin embargo, no es total, sino que no se encuentra en la vida cotidiana de muchas personas que aún viven su vida con amor y sacrificio por su familia y se esfuerzan en la educación de los niños y el cuidado de los enfermos.
«¡Europa, vuelve a ese Jesús que has dicho que no está en tus raíces!», exhortó el Cardenal, citando las palabras del Pontífice a la CCEE en 2014, y llamó a renovar la evangelización a través de las personas más que a través de las organizaciones. «Los hombres y mujeres tienen el deseo secreto de encontrar a alguien que ayude a que en su conciencia vuelva a despertar las cuestiones decisivas sobre la existencia, el destino, el futuro más allá de la muerte y el mal», explicó.
El concepto mismo de persona y dignidad humanas están vinculados a la religión cristiana. «El Evangelio fue el lecho en el que se sintetizaron las distintas contribuciones que ha conocido la historia del continente», recordó. «Si se corta la raíz transformadora de Cristo, nos arriesgamos a que la dignidad humana no tenga fundamentación».
Con información de Alfa y Omega.
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