Debemos estar listos para el encuentro con Dios, dice Papa en el Ángelus

Ciudad del Vaticano (Miércoles, 15-11-2017, Gaudium Press) La lección que se puede sacar de las palabras proferidas por el Papa Francisco por ocasión de la recitación de la oración del Ángelus, en el XXXII Domingo del Tiempo Ordinario, puede ser resumida en este trecho de sus reflexiones: «Este es el significado de ser sabios y prudentes: no esperar hasta el último instante de nuestra vida para colaborar con la gracia de Dios, sino hacerlo desde ya».

El mensaje del Papa fue escuchado por cerca de 20 mil fieles y peregrinos reunidos en la Plaza San Pedro para la ocasión.

Tema del Evangelio

La Parábola de las Diez Vírgenes fue el tema de la lectura del Evangelio del Día. El Papa hizo una advertencia a los oyentes: «Si nos dejamos guiar por cosas que nos parecen más fáciles, satisfaciendo nuestros intereses, nuestra vida queda estéril, incapaz de dar vida a los otros… y no acumulamos ninguna reserva de óleo para la lamparita de nuestra fe».

Francisco dio un Consejo: «La condición para estar listos para el encuentro con el Señor no es solamente la fe, sino una vida cristiana plena de amor y caridad por el prójimo».

Además agregó: «Si somos vigilantes e intentamos hacer el bien con gestos de amor, de compartir y de servicio al prójimo necesitado, podemos quedarnos tranquilos: el Señor podrá llegar en cualquier momento y hasta el sueño de la muerte no nos asustará, porque tendremos la reserva de óleo acumulada con las buenas acciones de todos los días».

Estar listo para encontrar al Señor: condiciones

Fue en ese sentido que, poco antes de concluir sus palabras, el Papa Francisco indicó con más detalles cómo sería estar listos para el encuentro con el Señor:
«La condición para estar listos al encuentro con el Señor no es solamente la fe, sino una vida cristiana plena de amor y de caridad por el prójimo»

«Muchas veces, en el Evangelio, Jesús exhorta a vigilar: ‘Vigilad, pues no sabéis el día, ni la hora’. Vigilar, por tanto, no significa apenas no dormir, sino estar preparados. Este es el significado de ser sabios y prudentes: no esperar hasta el último instante de nuestra vida para colaborar con la gracia de Dios, sino hacerlo desde ya». (JSG)