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Ciudad del Vaticano (Viernes, 16-02-2018, Gaudium Press) La pequeña iglesia de San Santiago el Menor, que queda en Main, en las proximidades de Madaba, en Jordania, atrae familias hasta de la capital Amán.
Los fieles católicos buscan ese oasis de espiritualidad católica, que sobrevive en un país oficialmente no cristiano, para la celebración de un bautismo, para un acompañamiento espiritual, para una confesión o para pedir oraciones y sentir el conforto de estar en un lugar bendecido por la presencia del Santísimo Sacramento en un país oficialmente no cristiano y con un número pequeño de católicos y de Iglesias.
Pequeña Familia de la Anunciata
La Hermana Isabel, que vive en la comunidad de la Pequeña Familia de la Anunciata, en Main, así explica el secreto de la Parroquia de San Santiago el Menor, de hecho un verdadero oasis hacia donde muchos cristianos se dirigen para fortalecerse espiritualmente:
«Las personas saben que viniendo aquí no vienen solamente a la parroquia, sino que encontrarán una familia lista para escucharlos. Nuestra iglesia no propone actividades; solamente la presencia y la oración cuentan y esto es lo que las personas vienen a buscar».
En la Parroquia de San Santiago Menor, se reza el rosario dos veces por día, se canta la Liturgia de las Horas, hay espacio para oraciones personales, en común o particularmente: Las meditaciones personales, las oraciones de quietud que conducen a los «peregrinos» a alimentar su espiritualidad y satisfacer su sed de sobrenatural.
Quien dio oportunidad al surgimiento de la Parroquia fue Mons. Giacomo Beltritti, que, en la ocasión, era Patriarca de Jerusalén de los Latinos. Él envió para Maïn, en 1983, una comunidad de la Pequeña Familia de la Anunciata, con la misión de ofrecer una presencia amorosa a los cristianos.
En Maïn viven cerca de dos mil cristianos, latinos y melquitas. Pero en la Misa dominical de rito latino participan cerca de veinte fieles.
Testimonio católico
Como muchas parroquias rurales, la de San Santiago Menor siente la migración de las jóvenes familias a los grandes centros urbanos, en busca de mejores oportunidades.
Pero la pequeña iglesia atrae familias de Amán, la capital, y de Madaba, para celebrar un bautismo, para un acompañamiento espiritual, para la confesión o para pedir oración:
«Los cristianos perciben que aquí existen personas de Dios y que la intercesión de ellas es eficaz», afirma Mons. William Hanna Shomalli, Vicario Patriarcal para Jordania.
La Pequeña familia de la Anunciata está formada por cuatro hermanas y por tres hermanos, entre los cuales el padre Athos Righi, ex-superior de la comunidad.
La Missa, la Liturgia de las Horas y todas las oraciones son en árabe.
«Hablar la lengua de ellos nos permitió construir relaciones duraderas con las familias. Un testimonio para toda la comunidad de Maïn, principalmente musulmana, que nos ve vivir y rezar», afirma Hermana Isabel. (JSG)
(De la Redacción de Gaudium Press, con informaciones de L’Osservatore Romano)
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