viernes, 26 de abril de 2024
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¿De qué sirve ayunar?

Washington, D.C (Martes, 27-02-2018, Gaudium Press) Dios lo ordenó, Jesús lo practicó, y los Padres de la Iglesia han predicado la gran importancia que el ayuno tiene, una práctica de la esencia de la Iglesia.

Para muchos católicos es algo que se hace a regañadientes, el miércoles de ceniza o el Viernes Santo, si lo recordamos. Quizás surge una pregunta ¿Ayunaríamos más, especialmente durante la Cuaresma, si se entendiera lo útil que es para nuestras vidas?

El Diácono Sabatino Carnazzo, director ejecutivo fundador del Instituto de Cultura Católica, habló sobre el ayuno: «Es la privación del bien, para tomar una decisión para un bien mayor», en declaraciones recogidas por Catholic News Angecy. Aunque se asocia más a la abstención de alimentos, también se puede renunciar a otros bienes como comodidades y entretenimiento.

La obligación para todos los católicos en los Estados Unidos es la siguiente: Toda persona mayor de 14 años, debe abstenerse de comer carne el Miércoles de Ceniza, el Viernes Santo y todos los viernes en Cuaresma. El Miércoles de Ceniza y el Viernes Santo, los adultos entre 18 y 59 años deben ayunar: no deben consumir más de una comida completa y dos comidas más pequeñas que juntas no suman en cantidad a la comida completa.

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Foto: Gregor Moser – Unsplash.com

El primer ayuno fue ordenado por Dios a Adán y Eva en el jardín del Edén, notó el Diácono Carnazzo, cuando Dios los instruyó para que no comieran del árbol del conocimiento del bien y el mal (Génesis 2: 16-17).

Al comienzo de su ministerio, Jesús se abstuvo de comida y agua durante 40 días y noches en el desierto y así «revirtió lo que sucedió en el Jardín del Edén», explicó el Diácono Carnazzo. Las actuales obligaciones del ayuno fueron establecidas en el Código de Derecho Canónico en el año de 1983, pero en siglos anteriores, los ayunos comunes entre católicos fueron más estrictos y se observaron con más regularidad. Incluso, en siglos pasados la abstención cuaresmal fue más austera. Los católicos renunciaron no solo a la carne, sino también a otros productos de origen animal como la leche y la mantequilla, así como a los aceites e incluso a los peces a veces.

Asimismo, el Padre Lawrence Lew, perteneciente a la Orden de Predicadores, quien estudia actualmente para obtener una Licencia en Sagrada Teología en la Casa de Estudios Dominicana en Washington, D.C, aseguró que el ayuno «debe ser provocado por la caridad», es decir, un católico no debe hacer esta práctica por dieta ni por orgullo, sino por amor a Dios. (CRS/scm)

 

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