domingo, 24 de noviembre de 2024
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Nuestra Señora de Loreto, patrona de los aviadores

Redacción (Viernes, 20-04-2018, Gaudium Press) Quien desee comprender la razón del título dado a la Madre de Dios cuando la invocamos como Patrona de la Aviación -Nuestra Señora de Loreto- debe antes conocer la prodigiosa historia de la Santa Casa de Nazaret, la modesta habitación que abrigó a la Sagrada Familia durante gran parte de su permanencia en esta tierra.

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Santuario de Nuestra Señora de Loreto

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Al rayar la aurora del día 10 de mayo de 1291, los habitantes de cierto lugarejo de Dalmacia vieron, tomados de espanto, algo totalmente inusitado: sobre una pequeña elevación próxima a la ciudad, se encontraba una simple casita, en un lugar donde jamás hubiera cualquier construcción… Y la admiración aumentó todavía más cuando algunas personas afirmaron que, en la noche anterior, habían visto esa casa suspendida en el aire antes de posarse en el terreno.

Luego la noticia se esparció entre el pueblo, que, curioso, comenzó a correr por todos lados para ver de cerca la sorprendente novedad. ¿Cómo habría sido posible aquel edificio llegar allí de la noche para el día, transponiendo los aires? ¿De dónde viniera? ¿Quién lo trajera? Y no demoró mucho para que los primeros exploradores se deparasen con un increíble pormenor: la casa se mantenía de pie sobre un suelo bastante irregular, ¡sin ningún pilar!

Convencidos de que estaban delante de un milagro, los piadosos exploradores decidieron verificar el interior de la construcción. Entre otros objetos, encontraron un altar, una cruz y una bella imagen de cedro oscuro, representando a Nuestra Señora con el Niño Jesús en los brazos. Pero cada descubierta solo hacía multiplicar las interrogaciones… ¿Quién desvendaría tan extraordinario enigma?

Hacía tres años que el párroco de la región estaba gravemente enfermo, empeorando día a día. ¡Ahora, cierta mañana, que el sacerdote, restablecido y en perfecta salud, viene en persona al nuevo lugar de peregrinaciones, para prestar sus homenajes a Nuestra Señora! Delante de los fieles allí reunidos, declara que, estando en su lecho, había pedido a la Santísima Virgen que lo curase, pues deseaba mucho poder levantarse para visitar la piadosa casita tal cual el pueblo tanto le hablaba. Atendiendo a esa súplica filial, Ella misma se le apareció y le había revelado que la casa recién llegada a la parroquia era el bendito hogar de Nazaret, donde Ella conviviera largos años con Jesús y José.

Al saber de la narración del párroco, el gobernador no dudó en tomar providencias para obtener la confirmación bien exacta del milagro, enviando emisarios a Tierra Santa a fin de recoger las informaciones necesarias. Sin mayores esfuerzos, pudieron ellos comprobar que la casita aparecida en Dalmacia era, de hecho, aquella en que la Sagrada Familia había vivido, pues la construcción había desaparecido de Nazaret, restando en el lugar apenas sus fundamentos. Midieron también las dimensiones de estos y, comparándolas con el área cuadrada de la casa, constataron que eran exactamente iguales. Cuando estos datos fueron ratificados oficialmente y tornado públicos, se tornó casi imposible controlar la avalancha de peregrinos, que de todos lados afluían para allá.

Con todo, pasados poco más de tres años de la milagrosa llegada a Tersatz – tal era el nombre de aquel lugarejo -, es que nuevamente la casa de Nazaret alza vuelo por los aires. Era la noche del 10 de diciembre de 1294 cuando el pueblo vio una espléndida luz encenderse en el cielo, acompañada de una bellísima melodía e, instantes después, la querida construcción se elevó de la tierra, sustentada por incontables Ángeles, desplazándose por la inmensidad del firmamento hasta desaparecer… Atravesando el Mar Adriático, fue ella posar a Italia, en un gran bosque de laureles, razón por la cual, más tarde, el lugar recibiría el nombre de Loreto. A semejanza de lo ocurrido en Dalmacia, no tardó mucho para que la casita se tornase punto de referencia de multitudes de devotos, y para que la Santísima Virgen allí prodigase sus favores maternales obrando innúmeros milagros.

Pero todavía no era este el término de los viajes de la casa de Nazaret. Al cabo de ocho meses, es que los Ángeles nuevamente la transportaron por los aires, depositándola en una colina no muy distante, propiedad de dos nobles hermanos. Allí otra vez florecieron las peregrinaciones, el fervor, los milagros. Cuatro meses después, sin embargo, los celestes conductores nuevamente entraron en escena para llevar la bendecida construcción al lugar donde hoy se sitúa el centro de la ciudad de Loreto.

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Doctor Maurício José Lemos Freire

Actualmente la casa se encuentra dentro de una suntuosa basílica, edificada para servirle de relicario. Muchos millares de peregrinos provenientes de los cinco continentes la visitan a cada año, pudiéndose contar varios Santos entre los que allá estuvieron, como San Francisco de Sales, San Maximiliano Kolbe, Santa Teresita del Niño Jesús. El Papa Juan Pablo II, en una de sus numerosas visitas pastorales a Loreto, definió el santuario como «el primer templo, la primera iglesia, sobre la cual la Madre de Dios irradió la propia luz con su Maternidad» (8 de septiembre de 1979, homilía en el Santuario de Loreto).

En 1920, el Papa Benedicto XV proclamó a Nuestra Señora de Loreto patrona de los aviadores. Desde entonces, la imagen de la Virgen de Loreto puede ser encontrada en varios aeropuertos del mundo.

El Papa Pablo VI mandó que se hiciese la siguiente oración para la protección de los aviadores:

Oración a la Patrona de los aviadores

«Oh María, Reina del Cielo, gloriosa patrona de la aviación, se levanta hasta vos nuestra súplica. Somos pilotos y aviadores del mundo entero, y, arrojados a los caminos del espacio, uniendo en bloques de solidaridad a las naciones y los continentes, queremos ser instrumentos vigilantes y responsables de la paz y el progreso para nuestras Patrias. En ti depositamos nuestra confianza. Sabemos a cuantos peligros se expone nuestra vida. Por eso, velad por nosotros, Madre piadosa, durante nuestros vuelos. Protegednos del arduo deber cotidiano, inspiradnos los vigorosos pensamientos de la virtud y haced con que nos mantengamos fieles a nuestros compromisos de hombres y de cristianos. Reencended en nuestros corazones el anhelo de los bienes celestiales, vos que sois la Puerta del Cielo, y guiadnos ahora y siempre en las alas de la fe, la esperanza y el amor. Amén.»

Por el Dr. Delegado Mauricio Freire, Piloto del SAT (Servicio Aerostático de la Policía Civil).

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Delegado de Policía del Estado de San Pablo, actualmente piloto del SAT, habiendo sido también Delegado General de Policía y posteriormente electo Presidente del Consejo Nacional de Jefes de Policía Civil. Fue Director de la Academia de Policía y hoy actúa como Instructor de Tiro para nuevos policías, administrando cursos y entrenamientos en diversos estados y también en la SWAT de la Policía de Miami, siendo el único instructor no americano de la entidad desde 1991.

 

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