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Beijing (Jueves, 26-07-2018, Gaudium Press) La Conferencia de Obispos de la Iglesia Católica en China, organismo controlado por el oficialismo, y la llamada Asociación Patriótica Católica China lanzaron en el mes de junio un documento de 15 páginas que describe un plan quinquenal para todas las diócesis con el fin promover la adherencia de la Iglesia Católica a los objetivos de «sinización» o promoción del nacionalismo chino. Los prelados oficialistas han pedido a cada diócesis diseñar su propio plan quinquenal y realizar reportes antes del final del mes de agosto.
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| Los creyentes católicos padecen una situación de restricción a la libertad religiosa cada vez más preocupante. Foto: Buena Voz. |
Según denunció una fuente reservada de la provincia de Hebei a UCANews, el objetivo del documento es «completar el camino socialista de estilo chino en los próximos 5 años. Incluso si ellos no logran una aprobación de la Santa Sede, todavía obtendrán la confianza del gobierno».
La llamada «sinización» o apropiación de los valores chinos es uno de los objetivos gubernamentales más claros con respecto a las religiones y va de la mano con las nuevas regulaciones sobre actividades religiosas que fueron implementadas el pasado 01 de febrero (ver noticia anterior). Las actividades religiosas son estrictamente controladas y desarrolladas solamente en el templos autorizados y de acuerdo a cronogramas aprobados por las administraciones civiles. Los actos de culto religioso llevados a cabo en cualquier otro lugar, incluyendo los hogares de los fieles, son declarados ilegales.
Estas políticas tienen efectos notables para la llamada Iglesia «subterránea», que congrega a los católicos que mantienen su fidelidad a la Santa Sede y han rechazado su inclusión en en las comunidades oficialistas. Las severas prohibiciones y los controles tienen por objetivo terminar con estas comunidades de fe para controlar finalmente la actividad religiosa en el país.
Después de la notable persecución religiosa de mediados del siglo XX conocida bajo el nombre de «Revolución Cultural», los creyentes recuperaron algo de su libertad religiosa bajo la condición de inscribir las comunidades eclesiales en la llamada Asociación Patriótica. El grupo de creyentes que no acató estas normativas ha sido relativamente tolerado, pero sacerdotes y Obispos subterráneos han padecido graves presiones y acoso por parte de las autoridades. Las nuevas normas hacen temer un recrudecimiento de las acciones del gobierno en contra de estos creyentes y esta tendencia se ha expresado en los últimos años en una oleada de demoliciones de símbolos religiosos cristianos. El último hecho de este tipo se presentó en la provincia de Henan, cuando en el mes de julio las autoridades locales destruyeron las imágenes del Vía Crucis de Nuestra Señora del Monte Carmelo (ver noticia anterior).
Con información de UCANews.
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