Washington – Ottawa (Viernes, 27-07-2018, Gaudium Press) El Cardenal Daniel N. DiNardo, Obispo de Galveston – Houston y presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos, emitió un comunicado con motivo del aniversario número 50 de la Carta Encíclica Humanae Vitae. De una manera similar, los obispos de Canadá publicaron una declaración formal titulada «La Alegría del Amor Conyugal» para conmemorar esta efeméride.
Portada de la edción conmemorativa de los 50 años de la Carta Encíclica Humanae Vitae de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos. |
«Hace 50 años, hoy, el Beato Pablo VI publicó la Encíclica Humanae Vitae. En ella, reafirmó la bella verdad de que un esposo y una esposa están llamados a entregarse completamente mutuamente», recordó el purpurado. «El matrimonio refleja el amor de Dios que es fiel, generoso y dador de vida. A través de su vocación, los esposos cooperan con Dios al estar abiertos a la nueva vida humana».
El Cardenal Di Nardo recordó la manera en la cual el Papa soportó, con caridad y paciencia, las críticas por defender la doctrina de la iglesia y afirmó que «cuando amamos como Dios lo designó, experimentamos la verdadera alegría y libertad». El Presidente de la Conferencia de Obispos destacó que las advertencias del pontífice fueron comprobadas por la historia y motivó a todos los fieles a «leer y reflexionar en oración sobre esta Encíclica y estar abiertos al don de sus verdades perennes».
Por su parte, los Obispos canadienses recordaron en su declaración, elaborada en un documento de 5 páginas de longitud, los principales temas abordados por la Encíclica Humanae Vitae, los cuales no se limitan a la prohibición de la contracepción sino que motivan a «un enfático ‘Sí’ a la plenitud de la vida prometida a nosotros por Jesús», afirmaron.
Los prelados recordaron que la Encíclica enseña que el hombre fue creado para reflejar el amor de Dios en el mundo y el matrimonio para reflejar el amor de Cristo a su Iglesia. «A través de su Encarnación, Muerte y Resurrección, Jesús se ha unido con su esposa, la Iglesia, y los dos se han convertido en ‘una sola carne'», expusieron. El Sacramento del matrimonio incorpora el amor humano y la sexualidad a esta visión de reflejar el amor de Dios en el mundo, afirmando la plena entrega de los esposos en una Unión abierta a la vida.
También recordaron las palabras del Beato Pablo VI quién afirmó en el documento que «un acto de amor recíproco, que prejuzgue la disponibilidad a transmitir la vida que Dios Creador, según particulares leyes, ha puesto en él, está en contradicción con el designio constitutivo del matrimonio y con la voluntad del Autor de la vida. Usar este don divino destruyendo su significado y su finalidad, aun sólo parcialmente, es contradecir la naturaleza del hombre y de la mujer y sus más íntimas relaciones, y por lo mismo es contradecir también el plan de Dios y su voluntad».
«Las parejas casadas sólo pueden vivir la verdad continente por la gracia de Dios, nuestro Padre amoroso, con su hijo Jesús que nos empodera con la fuerza de su Santo Espíritu», concluyeron los Obispos. «El matrimonio es, de hecho, una noble vocación. Que todas las parejas casadas en fidelidad a su Bautismo y a sus votos matrimoniales vivan y experimenten la alegría del amor conyugal como es enseñado en la Encíclica Humanae Vitae y así sean signos de la presencia amorosa de Dios en el mundo»
Con información de Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos y Conferencia de Obispos Católicos de Canadá.
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