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Jinan (Martes, 07-08-2018, Gaudium Press) Una nueva demolición de un templo católico se registró el pasado 17 de julio en China, esta vez en la comunidad de Liangwang, ubicada en las periferias de Jinan, capital de Shandong. Los motivos expresados por las autoridades son las de la supuesta incompatibilidad del templo con los nuevos planes urbanísticos locales.
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| El templo pertenecía a la llamada «Iglesia oficial» pero esto no le garantizó su supervivencia en tiempos de mayor restricción a la libertad religiosa. Foto: AsiaNews. |
Los católicos locales se encontraban en negociaciones con la Oficina de Asuntos Religiosos para tratar de obtener un lugar a dónde trasladar el templo y denunciaron que la existencia de este lugar de culto no presentaba ningún obstáculo para los planes de desarrollo locales. Sin previo aviso, el templo fue demolido con la participación de unas 70 personas que incluían miembros de la Policía. Según reportes locales, las tres mujeres que custodiaban el lugar fueron maltratadas por los funcionarios, quienes les arrebataron y destruyeron sus teléfonos móviles.
Según informó AsiaNews, los fieles laicos de Jinan han denunciado que los planes urbanísticos de las autoridades podrían llevar a la demolición a otro templo más, ubicado en Wangcun, zona de Huashan. Los católicos locales crearon un video a partir del material fotográfico de la demolición, alertando sobre la situación a través de redes sociales.
Resulta llamativo en este caso que el templo destruido no correspondía a una comunidad «subterránea» – fiel a la Santa Sede pero no registrada por las autoridades – sino a uno que hace parte de la llamada «Iglesia oficial». Al menos teóricamente, los católicos que aceptan registrarse en la llamada Asociación Patriótica y respetar los lineamientos de las autoridades pueden ejercer con mayor libertad la práctica de la fe. La comunidad católica oficialista debe soportar en la práctica serias presiones de las autoridades, tales como la reciente prohibición del acceso de menores de edad a los templos y las políticas de nombramiento de Obispos que desconocen la autoridad única del Santo Padre sobre los prelados.
Con información de AsiaNews.
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