Nápoles (Miércoles, 19-09-2018, Gaudium Press) A las 10:08 horas de este miércoles, mucho antes de lo previsto, se ha repetido el fenómeno de la licuefacción de la sangre de San Jenaro, patrono y protector de Nápoles. El hecho prodigioso, que se repite todos los años en la fiesta del obispo y mártir -19 de septiembre-, fue anunciado por el Cardenal Crescenzio Sepe, Arzobispo de Mártir, durante la celebración Eucarística en honor al santo en el momento de la exposición de su reliquia.
«Mientras nos regocijamos, nos emocionamos, por haber participado, justo ahora, en el evento extraordinario de la licuefacción de la sangre de nuestro Santo protector, el Mártir Jenaro, elevamos nuestra reconocida acción de gracias a Dios, rico de bondad y misericordia, porque también este año ha querido darnos el don de su predilección, permitiendo la disolución de la sangre en este día que recordamos el martirio de San Jenaro», expresó el purpurado.
Luego, señaló: «Es preciso en este día de su fiesta, que en todo Nápoles, San Jenaro nos invita a mirar la ciudad con una mirada más profunda (…) Mirar hoy la ciudad desde la dirección correcta significa ponerla en el centro de nuestro interés, de nuestro cuidado, en una palabra: de nuestro amor. Nápoles es San Jenaro porque el santo la ha escogido, la ha protegido».
Busto relicario de San Jenaro / Foto: Guillermo Asurmendi. |
«Pero la mirada más amplia, a la que siempre nos llama San Jenaro, y hoy particularmente en la fiesta que le tributamos, impone dar un paso más allá de las fronteras de la realidad para ir en busca, con su ayuda, de aquellos elementos de esperanza, de aquellos pozos de agua limpia, de los que no podemos estar lejos», agregó el Cardenal.
El hecho prodigioso de la licuefacción de la sangre de San Jenaro está estrechamente ligado con la historia Nápoles; incluso existe la creencia que siembre que ocurre está asegurada la protección de la ciudad italiana.
Históricamente, el suceso ha estado unido con varias catástrofes de las que fue prevenida Nápoles, tal como recogió el cronista medieval Chronicom Siculum, quien describió con gran estupor el acontecimiento singular de la licuefacción. Desde el siglo XVI se hace referencia al milagro y a San Jenaro, a quien se le atribuye el haber protegido la ciudad de guerras, pestes y fenómenos naturales catastróficos, como la erupción del volcán Vesubio.
Entre los napolitanos está la creencia que si la sangre no se hace líquida para la fiesta del santo, es signo de que alguna tragedia caerá para Nápoles. Así ocurrió en 1980, el milagro no tuvo lugar y ese año un terremoto llegó a Nápoles, dejando más de 2 mil muertos.
Varios elementos hablan del carácter sobrenatural del fenómenos que año con año se repite con la sangre de obispo y mártir. Uno de ellos es el hecho que la sangre, en su estado sólido, no ocupa siempre el mismo volumen de la ampolleta donde está contenida. Asimismo, su peso varía ocasionalmente en no más de 30 gramos.
La reliquia permanece durante todo el año custodiada en la Capilla Real de San Jenaro en la Catedral de Nápoles.
San Jenaro, Obispo de Benevento, Italia, fue martirizado durante la persecución a los cristianos de Diocleciano, emperador romano. La fecha aproximada de su muerte fue el año 305.
De la redacción de Gaudium Press, con información de Chiesa di Napoli.
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