Roma (Jueves, 11-10-2018, Gaudium Press) Roma, como ciudad cristiana, está llena de tesoros de gran valor espiritual. Basílicas, templos y capillas guardan innumerables reliquias, muchas de las cuales no son muy conocidas. Entre ellas existe una que llama la atención: la reliquia de pie de Santa María Magdalena.
Se trata de un fragmento ósea de la gran convertida, que está custodiado en un relicario de plata, que se puede venerar en la Basílica menor de San Juan Bautista de los Florentinos – San Giovanni Battista dei Fiorentini, en italiano-, que se sitúa al final de la vía Julia, entre la vía del Oro y el lago Tiber, cerca del Vaticano.
El pie de la santa, el mismo que pisó primero el sepulcro vacío de Cristo, estaba antes en una capilla cercana al puente de Sant’ Angelo, hasta que en el año 2012 fue trasladada en solemne procesión hasta la Basílica romana, donde se le construyó un lugar más digno, para facilitar la veneración de los fieles.
Se dice que la relquia es del primer pie de María Magdalena que pisó suelo del Santo Sepulcro. |
Pero, ¿Cómo llegó la reliquia a Roma?
De acuerdo con la tradición griega, tras la muerte de la discípula de Jesús en Éfeso, su casa fue primero su tumba y luego su santuario. Pero en el año 886 León VI, entonces emperador bizantino, mandó transportar su cuerpo hasta Constantinopla.
Tiempo después el rey de Jerusalén entregó el cuerpo al rey de Francia. La historia indica que antes de que los restos mortales llegasen a su destino, al pasar por Roma, se le retiró el primer pie que pisó el Santo Sepulcro; mismo lugar en el que Nuestro Señor resucitó.
La reliquia permaneció por mucho tiempo en una capilla que se sitúa en la entrada del Puente Sant’Angelo, siendo el último lugar que debían visitar los peregrinos antes de llegar a la tumba del Apóstol San Pedro.
Desafortunadamente, con el paso de los años, la reliquia permaneció en el olvido, hasta que fue llevada a la Basílica de San Juan Bautista de los Florentinos. En este templo romano construido bajo el título de San Juan Bautista, patrono de Florencia, se guardó la reliquia en un elegante relicario de plata que elaboró Benvenuto Cellini.
En la Basílica, todos los años, durante la fiesta de la Magdalena, que ocurre el 22 de julio, se le rinden especiales tributos a la discípula de Jesús. El lugar también fue incluido dentro del itinerario de los peregrinos que viajan por la Vía Francígena hasta Roma (Ver nota anterior: La Vía Francígena: peregrinar a pie a Roma desde la frontera de Italia con Suiza).
De la redacción de Gaudium Press, con información de La Luce di Maria.
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