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Ciudad del Vaticano (Jueves, 25-10-2018, Gaudium Press) Si alguien nos pregunta «quién es Jesucristo», nosotros vamos a decir aquello que aprendimos en el catecismo, aquello que «recitamos en el Credo».
Sin embargo, más difícil será responder otra pregunta: ¿quién es Jesucristo «para mí»? Fue lo que afirmó en la mañana de hoy el Papa Francisco en la Misa que celebró en la Capilla de la Casa Santa Marta.
Para él, esta es una pregunta que nos coloca en dificultad porque, para responderla, «tengo que llegar a mi corazón».
Primera Lectura: Carta a los Efesios (Ef 3,14-21).
En ella, de hecho, San Pablo busca transmitir que él conoció a Jesucristo a través de su experiencia personal, cuando cayó del caballo y el Señor le habló al corazón.
San Pablo no conoció a Cristo a partir de los «estudios teológicos» aunque, después, «fue a verificar» cómo Jesús era anunciado en la Escritura.
Dijo Francisco:
Aquello que él sintió, Pablo quiere que nosotros cristianos lo sintamos. A la pregunta que nosotros podríamos hacer al Apóstol: «¿Pablo, quién es Cristo para usted?», él responderá de su propia experiencia: «Él me amó y se entregó por mí». Pero él está implicado con Cristo, que pagó por él.
Esta experiencia, Pablo quiere que los cristianos – en este caso los cristianos de Éfeso – vivan, entren en esta experiencia, al punto que cada uno pueda decir: «Él me amó y se entregó por mí», pero decirlo con la propia experiencia.
«Enraizados y fundados en el amor»
El Papa muestra cómo comprender a Cristo, según San Pablo.
«Para él, así tendréis la capacidad de comprender cuál es el ancho, el largo, la altura, la profundidad, y conocer el amor de Cristo que sobrepasa todo conocimiento, porque repletos de toda la plenitud de Dios».
Recitar el Credo – Reconocerse pecador
El Papa subrayó que para llegar a la experiencia que San Pablo tuvo con Jesús, recitar muchas veces el Credo es fundamental y ayuda, pero el mejor camino es reconocerse pecador: ese será el primer paso.
Según Francisco, cuando San Pablo dice que Jesús se entregó por él, quiere decir que pagó por él y cuenta eso en sus Cartas.
La primera definición de sí mismo es, por tanto, ser un pecador, diciendo que persiguió a los cristianos, y parte justamente del ser «escogido por amor, pero pecador».
«El primer paso para el conocimiento de Cristo, para entrar en este misterio es el conocimiento del propio pecado, de los propios pecados», subraya el Papa.
Sacramento de la Confesión, la Reconciliación
Francisco resaltó que en el sacramento de la Reconciliación «nosotros decimos nuestros pecados», pero «una cosa es decir los pecados», otra es reconocerse pecadores por naturaleza, «capaces de hacer cualquier cosa».
El Papa recuerda que San Pablo realizó esta experiencia a partir de la propia miseria, «que tiene necesidad de redención», de alguien que pague el derecho de decirse hijo de Dios'»: «todos nosotros lo somos, pero decirlo, oírlo, era necesario el sacrificio de Cristo», repite.
Para conocer a Jesús: reconocerse pecador, contemplación, oración
Para conocer a Nuestro Señor Jesucristo es necesario reconocerse pecadores concretamente, avergonzándose de sí mismos.
Después viene un segundo paso: la contemplación, la oración que pide conocer a Jesús: «‘Señor, que yo te conozca y me conozca’: conocer a sí mismo y conocer a Jesús», dice Francisco citando una frase de un Santo.
Cristianos de palabras… no es santidad
Y él enseña más, profundizando.
Según el Pontífice, aquí ocurre esta relación de salvación exhortando también a «no contentarse en decir tres, cuatro palabras correctas sobre Jesús» porque, envés de eso, «conocer a Jesús es una aventura, pero una aventura llevada en serio, no una aventura de adolescente», porque el amor de Jesús es sin límites:
El propio San Pablo dice eso: «Él tiene todo el poder para hacer mucho más de lo que podemos pedir o pensar. Él tiene el poder de hacer eso. Pero nosotros tenemos que pedir eso. ‘Señor, que yo Te conozca; que cuando yo hable de Ti, diga no palabras de papagayo, diga palabras nacidas en mi experiencia’.
Y como Pablo pueda decir: ‘Me amó y se entregó por mí’, y decir eso con convicción».
Esa es nuestra fuerza, porque ese es nuestro testimonio. Cristianos de palabras, tenemos muchos; también nosotros muchas veces lo somos. Esta no es la santidad; santidad es ser cristianos que hacen en la vida lo que Jesús enseñó y lo que Jesús sembró en el corazón».
Recordando los pasos
Al concluir, el Papa Francisco reitera los dos pasos para conocer a Jesucristo:
«Primer paso, conocer a sí mismo: pecadores; pecadores. Sin ese conocimiento y también sin esa confesión interior, que yo soy pecador, no podemos seguir adelante. Segundo paso, la oración al Señor, que con su poder nos hace conocer este misterio de Jesús que es el fuego que Él trajo a la Tierra. Será un buen hábito si todos los días, en algún momento, pudiésemos decir: «Señor, que yo te conozca y me conozca». Y así seguir adelante.» (JSG)
(De la Redacción de Gaudium Press, con informaciones de Vatican News)
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