La obra cuenta con 2.950 figuras, 400 edificaciones, una cadena montañosa, un río de 25 metros de largo y 200 movimientos mecánicos y de agua.
Redacción (16/12/2024 13:16, Gaudium Press) Durante estos días previos a la Navidad, los fieles que se acercan al Santuario San José, en el municipio de Venecia, en Antioquia, Colombia, pueden apreciar y rezar frente al que puede ser el pesebre costumbrista más grande del mundo, cuya construcción demanda más de un mes y está compuesto por cerca de tres mil figuras.
La idea de elaborar un pesebre con estas dimensiones nació hace cerca de 20 años por parte del arquitecto Luis Fernando Betancur. Actualmente el pesebre abarca 322 metros cuadrados, con 2.000 bombillos alimentados con 2 kilómetros de cable eléctrico.
Este belén tiene 2.950 habitantes —entre muñecos de madera, tela y plastilina—, 400 edificaciones en madera, una cadena montañosa de 60 metros lineales, un río de 25 metros de largo y 200 movimientos mecánicos y de agua.
Al ser un nacimiento costumbrista, dentro de este se pueden apreciar escenas de la vida cotidiana, pero también historias bíblicas, como por ejemplo la construcción de la Torre de Babel.
En conversación con ACI Prensa, Betancur indicó que armar el pesebre “toma un mes y medio y su fabricación todo el año”. En cada edición se agrega un motivo especial, en este caso se decidió también rendir homenaje a las víctimas de la avalancha que en junio enlutó a Venecia.
Sobre cómo se concibió esta tradición, el arquitecto relató que, en la década de 1980, cuando era adolescente, le propuse al párroco de entonces “armarle un pesebre, el cual se hizo en cartón paja, pero que quedó destruido después de un evento en su bodegaje”. “Posteriormente, unos 10 años después, retomé la idea y lo hice ahora en madera, empezando su exhibición aproximadamente en el año 2004 hasta el día de hoy”, relató.
Acerca del calificativo que recibe su obra, de ser el “pesebre costumbrista más grande del mundo”, Betancur explicó que este “se lo ha otorgado la prensa hablada y escrita desde hace algunos años”.
“Según lo anterior — añadió Betancur —, este calificativo es un ‘vox populi’ que aspiramos a oficializar en un futuro cercano”.
El apostolado en los fieles
Sobre el efecto que el pesebre tiene en los fieles, Luis Fernando Betancur manifestó que siente “una gran alegría” al ver dibujados en sus rostros “las sonrisas y las caras de sorpresa y admiración”, así como “escuchar los comentarios y saber de la emoción que genera”.
En ese sentido, expresó que el nacimiento “lo hago con todo mi corazón y con todo amor, y es mi obra que como católico obsequio cada año al pueblo de Venecia, a todos los visitantes y en especial al santuario mismo”.
“Alguien me decía que cuando uno se arrodilla a armar el pesebre está orando y me comentaba que en ese caso yo oraba todo el año… Esto me gustó y he concluido que es plenamente cierto”, compartió con el arquitecto con ACI Prensa.
Así, invitó a los fieles a lanzarse a la aventura “de explorar sus dones y que, con una inquebrantable voluntad, dediquen su vida a convertirlo en una realidad, como lo he hecho yo con esta obra, que no para de sorprender por su gran tamaño y singularidad y que hago yo solo sin más ayuda que mi devoción, mi imaginación y mi perseverancia”.
Con información de Aciprensa.
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