Un sacerdote español hace un análisis del éxito de convocatorias de piedad popular, como la habida el pasado domingo en Sevilla.
Redacción (12/12/2024, Gaudium Press) El Padre Jorge Guadalix publica en su blog “De profesión cura” en Infocatólica un muy interesante artículo que reproducimos a continuación:
Usted a lo suyo y nosotras a lo nuestro
Un millón de personas en Sevilla este pasado domingo en la gran procesión de clausura del congreso de Hermandades y piedad popular. Mientras, contemplamos, semana a semana, los vacíos de la plaza de San Pedro en Roma y no tenemos más remedio que constatar el progresivo despoblamiento de las parroquias a la vez que la escasísima respuesta de los fieles a otras convocatorias oficiales.
Todavía no se me ha ido del pensamiento el terrible vacío en la clausura de la fase diocesana del sínodo en Madrid, la soledad en la plaza de San Pedro en la misa de inicio de la última fase del sínodo sinodal que hizo que la clausura se celebrara en el interior de la basílica, donde los huecos se pueden disimilar mejor. También ha sido en el interior de la basílica la celebración del consistorio.
Recuerdo una anécdota que contaba hace años un sacerdote. Celebraba la misa muchas veces para apenas media docena de ancianas, pero se decía: “son pocas y mayores, pero tienen derecho a que se les explique la Palabra de Dios». Este buen sacerdote se esforzaba por mantener sus minutos de predicación en cada misa, hasta que observó que mientras predicaba ellas rezaban el rosario.
– Miren, vamos a ponernos de acuerdo. O yo predico o ustedes rezan.
– No tiene nada que ver, respondieron. Usted a lo suyo y nosotras a la nuestro.
Esto nos pasa cada vez más en la Iglesia y nos lo van dejando claro los fieles. El papa, los cardenales, los obispos y nosotros en consecuencia, estamos a lo nuestro: las delegaciones, el sínodo, el consejo, los planes pastorales, laa grandes ideas teológicas. Con nosotros, un grupito de incondicionales no sé si muy convencidos. Nosotros mismos, los sacerdotes, demasiadas veces inmersos en una dinámica que no nos convence pero que no queda más remedio que abordar. Sin entusiasmo, pero por aquello de que habrá que hacerlo, qué remedio. Estamos a lo nuestro.
Y la gente a lo suyo. Para conseguir que acudan al encuentro diocesano, se apunten a los grupos sinodales, vayan a la presentación del plan de catequesis y formen parte de la asamblea asamblaria, lo tienes que pedir casi por favor: hombre, no me hagas esto, cómo no vamos a ir por lo menos unos cuantos de la parroquia. Tendremos que hacernos presentes.
Eso sí, salen a la calle El Gran Poder, El Cachorro, La Esperanza de Triana y La Macarena… y un millón. No hubo que animar, forzar ni suplicar. Ya sé que no faltarán puristas que vengan con memeces y hablando de la fe auténtica, que por lo visto debe ser la del sínodo alemán o vaticano. Un millón de personas en Sevilla… ¿simple folklore?
Nosotros estamos a lo nuestro y la gente a lo suyo. Y cada vez con una mayor distancia. No importa. Antes muertos que rectificar. Convencidos de que la fe fetén es la sinodal y la religiosidad popular un sucedáneo para pobres ignorantes. Por supuesto que la religiosidad popular no es perfecta. Pero ama a Jesús y ama a María hasta dar la vida por su Macarena o su Cristo. Y eso es una cosa muy seria.
Mientras nosotros, clérigos inteligentes, formados y con una visión eclesial guay del Paraguay, dedicados al sínodo, al encuentro arciprestal y a la implementación del proceso formativo – evolutivo – eclesial. Sigamos así. Sostenella y no enmendalla. la gente lo tiene muy claro:
– Está todo muy bien. Ustedes a lo suyo y nosotros a lo nuestro.
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