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La Casa Blanca le había cursado invitación, y Mons. Gregory había agradecido el “gentil” ofrecimiento, pero se había excusado por tener un compromiso adquirido en la Universidad Católica.
Washington (09/06/2020 09:59, Gaudium Press) Según reporta Catholic News Agency (CNA), el Arzobispo de Washington, Mons. Wilton Gregory, ya sabía de la asistencia del presidente Donald Trump al Santuario Juan Pablo II en Washington el pasado martes 2 de junio, evento que suscitó después las fuertes críticas de este prelado.
Comunicación de la Casa Blanca
Diversos medios de comunicación informaron que el Arzobispo Gregory sólo había tenido conocimiento de lo que se realizaría el día anterior, 1 de junio, cuando la Casa Blanca hizo público el evento. Sin embargo, el pasado domingo la Casa Blanca afirmó que Mons. Gregory fue invitado a tomar parte del acto varios días antes de que tuviera lugar.
“El Arzobispo Gregory recibió una invitación al evento del Presidente en el Santuario San Juan Pablo II la semana anterior a la visita. Él declinó [participar] debido a otros compromisos”, manifestó la oficina del presidente.
Esto también se confirma por correspondencia con fecha del 30 de mayo obtenida por CNA, en la que la oficina de Mons. Gregory declinaba “la amable invitación para asistir al evento celebrando la Libertad Religiosa Internacional el Martes, 2 de junio, 2020, en el Santuario San Juan Pablo II”.
Según esa correspondencia, el motivo por el cual Mons. Gregory no podía asistir era un compromiso ya adquirido en “la Universidad Católica”, y agregaba que el propio Mons. Gregory había personalmente manifestado sus excusas cuando habló con un miembro del staff de la Casa Blanca en la noche del viernes 29 de mayo, cuatro días antes del evento.
Como informó Gaudium Press, el mismo día de la visita de Trump el Arzobispo Gregory emitió un duro comunicado criticando ese acto en el santuario: “Me parece desconcertante y reprehensible que cualquier instalación religiosa permitiera ser usada y manipulada de una forma tan indignante que viola nuestros principios religiosos, que nos llaman a defender los derechos de todas las personas, incluso de aquellas con las que diferimos”, expresó el prelado en su momento.
El día de la visita de Trump, el propio santuario emitía un comunicado expresando que la Casa Blanca había “originalmente agendado esto como un evento para que el presidente firmara una orden ejecutiva sobre la libertad religiosa internacional”.
Pero como el día anterior un templo episcopaliano que había sido visitado por Trump había sido atacado por manifestantes, la visita al santuario San Juan Pablo II había sido acortada: allí Trump fue con su esposa Melania, se inclinó delante de reliquias de Juan Pablo II, puso una ofrenda floral delante de la estatua del santo, y quedó unos minutos en silencio frente a ella, como había hecho en el interior de las instalaciones religiosas.
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