viernes, 29 de marzo de 2024
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Basílica del Nazareno Negro en Filipinas celebra su Primer Viernes de manera pública

Después de tres meses de aislamiento, la Basílica del nazareno Negro celebra la devoción del Primer Viernes a pesar de fuertes restricciones.

Basílica del Nazareno Negro Gaudium Press

Basílica del Nazareno Negro en Quiapo, Manila. Foto: Allan Jay Quesada

Manila (08/06/2020 18:16:31, Gaudium Press) La Basílica del Nazareno Negro en Manila, Filipinas, es uno de los templos con mayor afluencia de devotos en el país. La celebración anual en honor de esta devoción atrae millones de peregrinos en el mes de enero. Pero a través del año numerosos peregrinos también se congregan en esta Basílica para celebrar la práctica del primer viernes en honor del Sagrado Corazón de Jesús. Después de 3 meses de aislamiento, los devotos regresaron a la Basílica para esta práctica devota aunque tuvieron que superar fuertes restricciones.

Basílica del Nazareno Negro, fuente de esperanza

«Los devotos son muy cooperadores. «Ellos hicieron las filas y no protestaron por los procedimientos», expuso a Manila Bulletin el P. Douglas Badong, Vicario parroquial de la Iglesia en Quiapo. Lo cierto es que las medidas de prevención fueron notablemente estrictas en comparación de las implementadas en otros países.

Para cada celebración de la Eucaristía de primer viernes la Basílica solamente admitió 10 personas. En los tiempos en los que no se celebraba la Eucaristía se admitieron 50 personas a la vez, quienes podían permanecer en el lugar apenas 15 minutos. Sin embargo, la oportunidad de venerar en la Basílica fue aprovechada por numerosos devotos.

La basílica comenzó a celebrar eucaristías públicas con un número limitado de personas durante la presente semana y abrió sus puertas para la oración privada de acuerdo a las nuevas normativas gubernamentales de prevención de la pandemia. Los fieles tuvieron que usar mascarillas de protección, mantener la distancia mutua y emplear sanitizante para manos. Pero a pesar de las limitaciones externas, la única práctica devota a la que tuvieron que renunciar fue la de besar la sagrada imagen.

Incluso bajo estas condiciones, los devotos encontraron en la reapertura de la Basílica del Nazareno Negro una señal de esperanza ante la situación actual.

Con información de Crux

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