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El Cardenal Becciu respondió ayer un interrogatorio de 8 horas en el proceso que se le sigue en el Vaticano.
Foto: Wikimedia Commons
Redacción (19/05/2022 12:29, Gaudium Press) Después de que Francisco levantó el secreto pontificio al Cardenal Angelo Becciu sobre todos los aspectos relacionados con el proceso que se le sigue en el Vaticano – por malversación de fondos, abuso del cargo y manipulación de testigos –, el purpurado italiano ha hecho varias afirmaciones que han alcanzado los titulares de los medios.
Ayer el Cardenal respondió un interrogatorio de ocho horas, en las que el presidente del Tribunal vaticano Pignatone debió reprender varias veces al fiscal Alessandro Diddi por su agresividad contra el purpurado.
En la audiencia del 5 de mayo pasado, el Cardenal Becciu no había querido responder una pregunta del fiscal sobre su participación en el despido de Libero Milone, primer auditor general del Vaticano, “por amor al Santo Padre”. Pero ya con el levantamiento del secreto papal, afirmó ayer el Cardenal que en junio de 2017 el Papa lo había llamado a una reunión en la Casa Santa Marta, y ahí le había dicho que ya no confiaba en Milone, por lo que el entonces sustituto de la Secretaría de Estado le debía pedir la renuncia. En el 2017 se había afirmado que el responsable del despido de Milone era el Cardenal Becciu.
El Papa manifestó en la ocasión, según el Cardenal Becciu, que lamentaba encomendarle “estas tareas ingratas”. Se ratificó el Cardenal Becciu, en que el motivo de esa pérdida de confianza era que Milone había “comisionado ilegalmente a una firma externa para realizar actividades de investigación sobre la vida privada de representantes de la Santa Sede”. En su momento Milone dijo que había sido acusado falsamente, y que el Papa Francisco fue “bloqueado por la vieja guardia”, la cual “se sintió amenazada” por sus labores como auditor.
Sobre el supuesto uso de los fondos del Óbolo de San Pedro en la compra de la propiedad de 60 Sloane Avenue en Londres, el purpurado afirmó que el exjefe de su oficina administrativa, Mons. Alberto Perlasca, le había confirmado que no se habían usado esos fondos, sino activos de la Secretaría de Estado. En la compra y venta de esta propiedad, la Santa Sede habría perdido entre 81 y 185 millones de dólares, según estimaciones externas.
Ayer Mons. Perlasca fue admitido como parte civil demandante dentro del juicio contra el Cardenal Becciu, por el cargo de manipulación de testigos. Mons. Perlasca ha pasado de ser sospechoso a testigo.
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