martes, 07 de mayo de 2024
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China instala obispo católico de Shanghai sin reconocimiento del Vaticano

Mons. Joseph Shen Bin, de 52 años, que fungía como Obispo de Haimen, fue instalado como nuevo Obispo de la gran ciudad china. Clérigos locales manifiestan inconformidad.

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Redacción (04/04/2023 16:07, Gaudium Press) Informaba ayer Asia News que en la Diócesis de Shanghai había sido dirigida una comunicación a los sacerdotes diocesanos invitándolos a la instalación del nuevo líder de esa jurisdicción. Inusualmente, la invitación no mencionaba el nombre de quién sería el nuevo obispo, el que aparentemente sería revelado en la instalación.

Pues la previsión se ha realizado.

Mons. Joseph Shen Bin, de 52 años, que fungía como Obispo de Haimen, fue instalado como nuevo Obispo de la gran ciudad china, en la catedral. Mons. Shen Bin sí es un Obispo reconocido por la Santa Sede, desde su ordenación en el 2010, pero no deja de suscitar críticas entre los católicos entre otras razones por ser la cabeza del Consejo de Obispos Chinos, una especie de conferencia episcopal pero que es un cuerpo no reconocido por la Santa Sede y ligado al Partido Comunista Chino. También es Mons. Shen Bin uno de los 11 representantes católicos – y se encuentra entre los vicepresidentes – de la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino (CPCPCC), órgano político que junto a otros formaliza las decisiones del ejecutivo.

Una sede vacante, un obispo bajo arresto

La sede de Shanghai está vacante desde la muerte de Mons. Joseph Fan Zhogliang en el 2014 y la muerte en abril de 2013 de Mons. Aloysius Jin Luxian. Asimismo, había sido escogido como obispo coadjutor de esta jurisdicción – es decir, obispo con derecho a sucesión – a Mons. Thaddeus Ma Daqin. Este prelado había sido ordenado para tal efecto con mandato pontificio, pero que fue colocado bajo arresto desde el 2012, por renunciar a la oficialista Asociación Patriótica – que supervisa la Iglesia en China a nombre del gobierno – inmediatamente después de su ordenación episcopal. Aunque luego este Obispo regresó a ese organismo dependiente del Partido Comunista, el gobierno no lo reconoce como obispo de la diócesis y los fieles no tienen oportunidad de reunirse con él. Se encuentra bajo arresto en el seminario de Sheshan.

Y ahora viene la instalación de Mons. Shen Bin, que según dijo un clérigo chino a The Pillar, su nombramiento solo fue revelado hasta hoy para evitar la posibilidad de protestas contra su instalación. Este mismo sacerdote, que es cercano a Mons. Shen, dijo al medio norteamericano que los presbíteros locales en Shanghai están frustrados porque Shen haya sido instalado sin reconocimiento vaticano.

Otro sacerdote afirmó a The Pillar que el nombramiento de Mons. Shen fue el resultado de un “juego arreglado”. “El hecho de que Shen se sobrepuso en el juego de Shanghai en virtud de su influencia como presidente de la conferencia episcopal ilícita y se autoproclamó obispo de Shanghai no es del todo bien recibido por los lugareños”, dijo.

Lo cierto es que el nombramiento del nuevo Obispo de Shanghai no está en el boletín oficial de la Santa Sede. Un funcionario vaticano anónimo, cercano a la Secretaría de Estado, dijo a The Pillar hoy que esa designación “no se originó con la Santa Sede”. Fue una “reprobable acción” de las autoridades chinas, expresó.

“Esta no es la misma situación que con el obispo Peng”, manifestó el funcionario, refiriéndose a un nombramiento episcopal en China en noviembre de 2022, en el que un obispo diocesano en servicio dejó vacante su sede para convertirse en obispo auxiliar de una diócesis que el Vaticano no reconoce. “Pero -dijo el funcionario, sigue siendo algo que no ayuda”. Este nombramiento de Mons. Peng fue denunciado por el Vaticano ante las autoridades chinas como violación del Acuerdo Sino-Vaticano sobre nombramiento de Obispos.

Queda la expectativa de si el actual nombramiento del Obispo de Shangai también será objeto de denuncia. Entre tanto, ese movimiento aumenta las voces que dicen que el Acuerdo entre la Santa Sede y la China comunista del 2018 no ha impedido la persecución a los católicos, y por el contrario, permite un mayor dominio de las autoridades comunistas sobre la Iglesia.

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