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Las estrictas normas de reapertura describen explícitamente una prohibición de consumo de alimentos o bebidas de ningún tipo que equivale a prohibir la Sagrada Comunión.
«La recepción de la comunión es fundamental para la vida de fe y para nuestra adoración pública», recordó la Arquidiócesis de baltimore. Foto: Gustavo Kralj / Gaudium Press.
Baltimore (28/05/2020 13:56:52, Gaudium Press) La alegría vivida en la Arquidiócesis de Baltimore, Estados Unidos, debido al retorno de las Eucaristías públicas el próximo 30 de mayo se vio empañada en el condado de Howard. En este lugar, las normas de reapertura para lugares religiosos incluyen una alarmante directiva que equivale a prohibir la Sagrada Comunión. De hecho, la norma es tan estricta que podría incluso sancionar que el sacerdote comulgara durante la celebración.
La norma ha sido criticada como una discriminación a los lugares religiosos, ya que la reapertura permite a otro tipo de establecimientos funcionar al 50% de su capacidad. A las congregaciones religiosas, sin embargo, se impone un límite de 10 personas al interior de los templos y 250 personas socialmente distantes en celebraciones al aire libre. Otras prohibiciones incluyen no pasar a recoger tu donativos durante los servicios, evitar cualquier tipo de contacto físico entre los fieles y la recomendación de no cantar.
Prohibir la Sagrada Comunión como supuesta prevención del virus
Pero la determinación que ha causado mayor alerta en medio de los católicos es la que afecta directamente a la Eucaristía. «No habrá consumo de alimentos o bebidas de ningún tipo antes, durante o después de los servicios religiosos, incluyendo alimentos o bebidas que típicamente se consumirían como parte de un servicio religioso», estipula la norma. De cumplirse al pie de la letra, esto restringiría incluso la comunión del propio sacerdote.
«Para la comunidad católica, la recepción de la comunión es fundamental para la vida de fe y para nuestra adoración pública», recordó en un comunicado oficial la Arquidiócesis de Baltimore. «Desde que nos enteramos de las preocupaciones de los funcionarios del condado de Howard, hemos compartido nuestras pautas para la distribución de la comunión y expresamos nuestras propias preocupaciones serias acerca de su reciente orientación para evitar que las iglesias católicas del condado de Howard distribuyan la comunión».
La Arquidiócesis reafirmó su compromiso en favor de la salud de los creyentes e indicó que ya aplica protocolos suficientes que garantizan la seguridad. «Estas pautas respetan tanto la santidad del Sacramento como la necesidad de mucha precaución para proteger la salud y la seguridad de quienes reciben y distribuyen la Comunión». Finalmente, la Arquidiócesis se declaró comprometida «a entablar un diálogo con ellos para trabajar juntos hacia una política que equilibre la necesidad de libre expresión de la fe religiosa y los intereses de salud y seguridad del público».
Con información de Arquidiócesis de Baltimore.
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