domingo, 19 de mayo de 2024
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Corte Interamericana de Derechos Humanos exige liberación de obispo nicaragüense

La Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) exige la liberación del Mons. Rolando Álvarez, Obispo de Matagalpa, condenado a 26 años de prisión por el régimen sandinista.

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Redacción (29/06/2023 10:28, Gaudium Press) El pasado miércoles 28 de junio, la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) exigió la liberación inmediata del arzobispo Rolando Álvarez, condenado a 26 años de prisión por “perjuicio a la seguridad e integridad nacional” por parte del gobierno del presidente nicaragüense Daniel Ortega.

Exigencia de liberación y garantía de integridad física

Con sede en San José, la capital de Costa Rica, la CIDH también exigió todas las medidas necesarias para proteger la vida, la salud y la integridad física del obispo.

La Corte exige que Mons. Álvarez Rolando reciba “un trato digno a través del acceso inmediato a atención médica, medicamentos y alimentación adecuada, así como con sus seres queridos y abogados”.

El tribunal fijó el 7 de julio como fecha límite para la excarcelación del prelado, acto que deberá ser comunicado oficialmente a la Corte.

Mons. Rolando Álvarez fue condenado a 26 años de prisión tras negarse a ser exiliado a los Estados Unidos en febrero de 2023.

Deterioro de las relaciones diplomáticas entre el Vaticano y Managua

La detención del Arzobispo Rolando Álvarez es un capítulo más en la larga lista de actos de persecución contra la Iglesia Católica por parte del gobierno de Nicaragua. Ortega considera a la Iglesia Católica enemiga del gobierno y la persigue sin tregua, expulsando a líderes católicos, cerrando establecimientos e impidiendo la libertad de culto.

Nicaragua Bispo e sequestrado pela ditadura de Daniel Ortega

En 2022, Ortega expulsó al Nuncio Apostólico de Nicaragua, aumentando las tensiones con el Vaticano. El 17 de marzo de 2023, Marcel Diouf, último representante de la Santa Sede en Nicaragua, abandonó el país.

Las relaciones diplomáticas entre el Vaticano y Managua, ya muy deterioradas por la persecución a Ortega, empeoraron aún más cuando el Papa Francisco calificó al gobierno de Nicaragua como una “dictadura vulgar”. (FM)

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