Lejos de apagarse, las reacciones a las declaraciones del Papa a Radio Televisión suiza subieron a mayores alturas.
Redacción (12/03/2024, Gaudium Press) Lejos de apagarse, las reacciones a las declaraciones del Papa a Radio Televisión suiza de que se izase “la bandera blanca” en Ucrania han escalado a mayor altura. En las últimas horas intervinieron nuevos actores, que podrían ser calificados “de más peso”.
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Resumiendo, un portavoz de la Casa Blanca dijo que aunque el presidente Biden “tiene gran respeto por el Papa Francisco” y se “une a él en las oraciones por la paz en Ucrania”, esta paz “podría ser alcanzada si Rusia decide poner fin a esta guerra injusta y no provocada, y retirase sus tropas del territorio soberano de Ucrania”. También habló un portavoz del canciller alemán Scholz, quien hace poco estuvo haciendo una visita a Francisco: “Como se puede imaginar, el canciller federal no está de acuerdo con el Papa sobre este tema”, dijo. “Ucrania se está defendiendo de un agresor” y Kiev tiene “un gran apoyo internacional”.
Pero las repercusiones continuaron no solo desde el campo civil, sino también en el religioso.
Al tiempo que el gobierno de Kiev convocaba al nuncio en el país, Mons. Kulbokas, y le ha dicho que Ucrania está “desilusionada de las palabras del Pontífice sobre la ‘bandera blanca’”, la iglesia greco ortodoxa ucraniana ha dicho que “los ucranianos no pueden dejar de defenderse porque la capitulación significaría su muerte. Las intenciones de Putin y Rusia son claras y obvias”.
Era previsible que esta verdadera avalancha de reacciones hacía ‘necesaria’ la intervención del Cardenal Parolin, Secretario de Estado vaticano, lo que ocurrió ayer, en entrevista que el purpurado ofreció al Corriere della Sera.
Sintetizando, el Cardenal Parolin dijo que es “obvio” que la primera condición para que se cree un clima de negociación es la de “poner fin a la agresión”, y que esto corresponde “primero que nada a los agresores”.
“El llamamiento del Pontífice es que ‘se creen las condiciones para una solución diplomática en busca de una paz justa y duradera’. En este sentido, es obvio que la creación de tales condiciones no depende sólo de una de las partes, sino de ambas, y la primera condición me parece ser precisamente la de poner fin a la agresión. No debemos olvidar nunca el contexto, la pregunta que se le hizo al Papa, quien, en respuesta, habló de negociación y, en particular, de la valentía de la negociación, que nunca es una rendición”, dijo el Cardenal.
“La Santa Sede sigue esta línea y continúa pidiendo un ‘alto el fuego’ –y a cesar el fuego deberían ser, en primer lugar, los agresores– y por tanto la apertura de negociaciones. El Santo Padre explica que negociar no es debilidad, sino fuerza. No es rendición, sino valentía. Y nos dice que debemos tener una mayor consideración por la vida humana, por los cientos de miles de vidas humanas que han sido sacrificadas en esta guerra en el corazón de Europa. Estas son palabras que se aplican tanto a Ucrania como a Tierra Santa y a otros conflictos que están ensangrentando al mundo”, continuó el Secretario de Estado.
El Cardenal Parolin manifestó también el temor que hay en el Vaticano de un conflicto mayor, la posibilidad siempre presente de llegar a una solución diplomática, y tuvo palabras también para la guerra en Gaza:
“Las dos situaciones [Gaza y Ucrania] ciertamente tienen en común el hecho de que se han expandido peligrosamente más allá de cualquier límite aceptable, que no llegan a resolverse, que tienen repercusiones en diferentes países y que no pueden encontrar una solución sin una negociación seria. Me preocupa el odio que están generando. ¿Cuándo podrán sanar heridas tan profundas?”, expresó.
Parece probable que la entrevista del Secretario de Estado serene unas aguas que por los últimos días se han mostrado más que agitadas. (CCM)
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