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El Papa ha concedido indulgencia plenaria a quien la celebre en su casa el próximo sábado.
Ciudad de México (10/12/2020 17:26, Gaudium Press) No es un premio de consolación, es una gran gracia, la indulgencia plenaria, pero ciertamente para los alrededor de 15 millones de mexicanos que por estos días la visitaban, el no poder ir al cerro del Tepeyac a venerar a la patrona será una gran tristeza.
Por decreto de la Arquidiócesis de México, del 10 al 13 de diciembre el complejo de Guadalupe permanecerá cerrado, “por la situación de la pandemia”.
No obstante, el Papa ha otorgado la indulgencia plenaria a quienes celebren el próximo sábado 12, la fiesta de la Virgen de Guadalupe, con las siguientes condiciones:
1. Preparar en la casa o en otro lugar de oración, un altar en honra a la Virgen de Guadalupe.
2. Ver ese día una misa televisada desde la Basílica de Guadalupe, “con devoción y con atención exclusiva a la Eucaristía”.
3. Cumpliendo las condiciones de toda indulgencia plenaria, es decir, confesión sacramental, recepción de Sagrada Comunión y oración por las intenciones del Papa.
La indulgencia no solo vigora para Ciudad de México, sino para el mundo entero.
La indulgencia es el perdón de la pena temporal debida por los pecados ya perdonados en confesión.
Esta pena temporal se cumple en el purgatorio, con castigos similares a los del infierno.
Por tanto, la Iglesia, usando el poder de las llaves, ofrece a los fieles una gran gracia permitiendo la indulgencia plenaria.
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