Dos caras de una Iglesia que se deshace a razón de medio millón por año

Mons. Bätzing, y su relativización de la Fe. El Arzobispo de Friburgo recuerda lo elemental, que la fe fue la que trajo Cristo hace dos mil años.

Mons. Bätzing – Foto: Diócesis de Limburgo

Redacción (26/09/2024 10:03, Gaudium Press) La rata de pérdida de fieles en la Iglesia alemana no puede ser mayor: En 2022 más de 500.000 fieles dejaron a la Iglesia en ese país. En el 2021 la cifra fue similar, un tanto menor. En ese entonces un informe de CNA Deutsch indicaba que 1 de cada 3 católicos estaba considerando dejar la Iglesia. En el año 2023 casi 400.000 fieles siguieron el mismo camino, en un desangre que hizo afirmar a algunos analistas que cualquier CEO de cualquier empresa que perdiera ese número de clientes, sería despedido ipso facto junto con su equipo y tal vez hasta la junta directiva.

Pero de la cúpula de la Conferencia Episcopal Alemana, pocas voces de mea culpa o de revisión del camino recorrido.

Más bien, afirmaciones, como la registrada en diversos medios de lo afirmado por Mons. Bätzing, presidente de ese episcopado, quien al inaugurar la asamblea de otoño de los obispos en Fulda, dijo que “a la mayoría de las personas no les falta nada si viven sus vidas sin religión ni creencias”. En la mente de este obispo, “nunca diría que nuestra orientación sobre cuestiones importantes es la última palabra”. Él como que no se considera embajador de Aquel que dijo ‘Yo soy el Camino, la Verdad, y la Vida’, sino que tal vez represente a uno más que hace dos mil años vino a dar su opinión, una de tantas, de un camino a más… En todo caso, la ausencia de Dios y de fe, sí repercute en cada vida, pues somos hechos para Dios, algo que parece haber olvidado el Obispo de Limburgo.

Es cierto que en Alemania todavía algunos recuerdan (la verdad sea dicha, muy pocos), como Mons. Stephan Burger, Arzobispo de Friburgo, que “por mucho que nos guste no podemos crear la fe”. Esto también fue en la Asamblea Plenaria de Otoño, en la homilía de una misa, y para ser francos, medio con resignación.

Entre tanto, el sector dominante es el radical de Mons. Bätzing, cada vez más preocupado con las preocupaciones mundanas, y menos con la difusión de la Buena Nueva de Cristo, Salvador y Redentor de la Humanidad, su fe y su moral.

Triste situación la de esa Iglesia.