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El lago Santa Ana, en el estado canadiense de Alberta, fue una vez un lugar de reunión de verano. Las Primeras Naciones se reunían allí para pescar, cazar y vivir en familia.
Redacción (26/07/2022 12:02, Gaudium Press) Este martes, 26 de julio, el Papa Francisco visitará a las 17:00 horas el lago Alberta, dedicado a Santa Ana.
El Pontífice bendecirá las aguas del lago que es un lugar tradicional de peregrinaciones y conocido por sus propiedades curativas entre los indígenas de Canadá.
Los pueblos indígenas de todo el oeste de Canadá mantienen la tradición de peregrinar al lago que ahora se llama Santa Ana.
Un lugar de encuentro para las familias
Santa Ana, Madre de Nuestra Señora y patrona de Canadá, es una de las devociones más extendidas en este país de tamaño continental.
El lago Santa Ana, en el estado canadiense de Alberta, fue una vez un lugar de reunión de verano. Las Primeras Naciones se reunían allí para pescar, cazar y vivir en familia.
Los antiguos creían que el lago albergaba espíritus, de ahí el nombre Wakame usado por la Nación Sioux y Manito Sahkahigan, lago del espíritu, para el pueblo Cris.
P. Jean-Baptiste Thibault fundador de la misión del Lago Santa Ana.
Lago de Santa Ana
En 1840, el lago fue bautizado con el nombre de Lago Santa Ana por el sacerdote Jean-Baptiste Thibault, el primero en hacer una misión en la región.
Casi 50 años después, en 1889, el misionero bretón Jean-Marie Lestanc organizó la primera peregrinación al lago.
Desde entonces, la devoción a Santa Ana se ha extendido por todo el país, y la romería atrae a miles de indígenas de todo Canadá el 26 de julio, festividad de la patrona de Santa Ana.
Numerosas curas a través de Santa Ana
Mons. Richard W. Smith, arzobispo de Edmonton, la diócesis donde se encuentra el lago, explicó que ocurrieron numerosas curaciones en el lago por intercesión de Santa Ana.
Es por eso que los enfermos de las Primeras Naciones peregrinan a las aguas. En 2019, año de la última peregrinación, 40.000 personas se reunieron a orillas del lago de Santa Ana.
Otro lugar de peregrinación es el santuario de Santa Ana de Beaupré. “Santa Ana es la madre de la Santísima Virgen y por lo tanto la abuela de Jesús. Ella es la abuela de todos nosotros”, dice el decano del santuario, el padre Scott Katzenberger.
Santa Ana llena de sabiduría
El investigador y antropólogo de la Universidad de Montreal, Jean-François Roussel, explica que para las sociedades autóctonas, la figura del anciano está relacionada con la sabiduría.
Motilo por el cual la educación de los hijos se encomienda en gran medida a los abuelos. Por eso, los indígenas de Canadá tienen una gran devoción a la abuela de Jesucristo, la Sabiduría Encarnada. (FM)
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