Pero también en el Reino Unido, y en Oceanía.
Redacción (31/05/2024 09:14, Gaudium Press) No solo las procesiones, también los velos femeninos o mantillas.
Ayer Gaudium Press noticiaba el redescubrimiento que están haciendo en los EE.UU. de las procesiones, habida cuenta de las grandes últimas, como la realizada el lunes pasado en Minnesota en el marco del Congreso Eucarístico Nacional, en la que participaron más de 7.000 personas.
Ahora la agencia Zenit refiere el reporte del National Catholic Register, que cuenta la historia de Lily Wilson, quien ha visto crecer su negocio de mantillas desde el 2010 en un 2000%.
“Empecé en 2010 en un rincón de mi cocina —cuenta Lily—, atendiendo entre 30 y 60 pedidos al mes. Ahora somos 12 personas trabajando en una oficina en Kimmswick, la histórica ciudad de Missouri. Atendemos una media de 900 pedidos al mes, incluidos los pedidos al por mayor”, afirma. Ella conoció los velos gracias a una amiga que la invitó a rezar en el Oratorio de San Francisco de Sales en San Luis, y ahí se fijó en una mujer que llevaba un velo de capilla confeccionado con un encaje que le pareció muy bello. Salió del lugar con una idea fija: hacerlos.
Entonces buscó un encaje similar en una tienda de telas y aprendió a utilizar la máquina de coser. Su madre le sugirió que creara un sitio web y empezara a venderlos. “Así que eso es lo que hice. Los pedidos empezaron a llegar y pronto estaba tan ocupada que tuve que dejar mi trabajo a tiempo parcial para dedicarme a esto”, recuerda Lily.
Pero la historia de Lily no es solo la de ella.
Jane Mary-Gianna Yeak fundó en Pensilvania la empresa Filia Dei Veils. Asimismo, en el Reino Unido, Di Clara, fundada por Clare Short para apoyar a sus tres hijos pequeños y a su esposo, no solo produce velos, sino también vestimentas y otros artículos devocionales.
La onda también llegó a Oceanía. Magnificat Veils atiende a Australia y Nueva Zelanda: el objetivo -dicen sus dueños- es “hacer que los velos sean más accesibles para las mujeres de Australia y Nueva Zelanda”. Dirigida por Niña y Rafael Nepomuceno, una joven pareja de Melbourne, la empresa nace de una visión de Niña que “cuando era una mujer joven que crecía” vio “la belleza de usar una mantilla o velo en la misa” y siempre se preguntó por qué tan pocas mujeres conocían esta tradición católica.
Es ya límpido que el catolicismo en los EE.UU. está siendo alimentado por una corriente conservadora. Pero como se ve, no solo en la doctrina, también en el aparato.
Deje su Comentario