viernes, 22 de noviembre de 2024
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En la Audiencia General, Francisco trató de la relación entre oración y Espíritu Santo

Las audiencias se siguen realizando en la Biblioteca del Palacio Apostólico.

Papa Audiencia 2

Ciudad del Vaticano (17/03/2021 08:23, Gaudium Press) La audiencia general de hoy tuvo también lugar en la Biblioteca del Palacio Apostólico, aunque crece la petición de que estas se realicen nuevamente en la Plaza de San Pedro.

En esta ocasión, y en la serie de catequesis sobre la oración, el Pontífice habló sobre la relación entre la oración y la Trinidad, teniendo como base el texto de San Juan, que incluye la promesa del Espíritu Santo:

Si me aman, guarden mis mandamientos. Y yo rogaré al Padre, y les dará otro Consolador, para que esté con ustedes para siempre: el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni lo conoce; pero ustedes lo conocen, porque mora con ustedes, y estará en ustedes. Les he dicho estas cosas estando con ustedes. Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él les enseñará todas las cosas, y les recordará todo lo que yo les he dicho”. (Jn 14,15-17.25-26)

El Espíritu Santo, el Don Fundamental

El Espíritu Santo es “el don fundamental de la vida cristiana”. Así como Abrahán, “que dando hospitalidad a tres viajeros, encontró a Dios, Trinidad de amor, también nosotros estamos llamados a abrirnos a su presencia y a acogerlo en nuestra vida”, indicó el Papa.

“El Espíritu Santo nos transforma y nos hace experimentar la alegría de sabernos amados y habitados por Dios. Es la experiencia que vivieron los discípulos de Jesús, y que nos relata el Evangelio. Y es también la experiencia que vivieron tantos orantes, hombres y mujeres que el Espíritu Santo formó a la medida del Corazón de Cristo”.

Orantes no sólo deben ser los monjes y los eremitas. En la oración se halla el Espíritu Santo, fuego vivificador.

“Nuestra misión como cristianos es mantener vivo el fuego que Jesús trajo a la tierra, es decir, el amor de Dios. Sin este fuego del Espíritu la tristeza reemplaza a la alegría, el servicio se convierte en esclavitud y la rutina sustituye al amor”, expresó el Pontífice.

En su saludo a los fieles de lengua española, Francisco convocó a pedir “al Señor que inflame con el fuego del Espíritu Santo nuestros corazones. Que nuestra vida sea como la lámpara encendida junto al sagrario, que se consuma en la alabanza a Dios y el servicio a los hermanos, siendo testigos alegres de su presencia en medio del mundo”.

Después de impartir su Bendición Apostólica, el Papa oró por Paraguay y Myanmar, países que sufren delicados conflictos.

Con información de Vatican News

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