viernes, 29 de marzo de 2024
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“Hay demonios silenciosos”: habla el exorcista de la diócesis de París

Deborah Grunwald, de Le 5 sur 5 de France Bleu Paris, recibió en su estudio al P. Duloisy .

Exorcista

Redacción (15/09/2020 18:25, Gaudium Press) La anfitriona de un escuchado programa radial francés – Deborah Grunwald, en Le 5 sur 5 de France Bleu Paris – ha recibido recientemente en su estudio a un sacerdote. Tiene un título que lo destaca: es sacerdote exorcista para la diócesis de París. El P. Duloisy.

Persona mayor, se destaca en su fisonomía y palabras la agudeza del espíritu francés, su bondad, la seriedad con la que asume su ministerio exorcístico y su gran experiencia.

Aquí algunas de sus palabras en ese picante e interesante diálogo.

¿Qué es un exortcista? Es aquel que ha recibido la autoridad de hablar directamente al demonio, y se le da órdenes”.

[Mejor que] nadie se atreva a hablarle al diablo, porque si se le habla él va a responder…”.

“… cuando yo tengo un poseso en frente de mí y que le digo, calmamente: ‘Yo te lo ordeno satanás, por el poder de Cristo que ha confundido tu orgullo, sal de este hombre’. Y que yo tengo enfrente de mi un hombre que ha gastado x años con médicos, que de un golpe, cambia de voz y se pone a decir: ‘No, yo no partiré, no lo dejaré, me quedaré allá’. Y que me dice: ‘Tú, curita, si tú piensas que tus oraciones, eso va a funcionar, ¡no lo creas!…”

No, no es enfermedad psicólógica

Una vez, había una joven mujer (…). Se decía que tal vez ella era histérica [ndt. es decir, que tenía una afectación meramente psicológica], porque la histeria y la posesión se presentan de forma similar. Ahí, se cambió el idioma. Se habló en una lengua extranjera. La persona que estaba sobre la alfombra, arañando, revolcándose, habló con facilidad la lengua extranjera, que mi cofrade sacerdote utilizaba”.

Además los posesos conocen informaciones sobre las personas que los rodean, que ellos develan a veces en público”.

Una vez ocurrió con un exorcista de provincia, que después fue obispo. El demonio le decía: “Tú, croissant de mantequilla, ¡cállate! ¡Cerdo! Cállate, croissante de mantequilla”. El P. Duloisy le preguntó después “¿por qué te dijo eso?”. A lo que el futuro obispo respondió: “Ya me confesé. Ya pedí perdón por ese pecado. (…) El otro día, regresando de Roma, me copmí, creo, entre 6 y 10 croissants de mantequilla…”.

Dice que en los exorcismos no siempre el demonio se siente afectado por crucifijos o agua bendita; “hay demonios silenciosos”.

Pero también cuenta el día que puso una estola sobre un poseso, y el demonio decía “eso no, eso me quema. Ahh no, eso no, eso no.” O el día que un demonio le decía “cállate, cállate”, porque el rezaba un salmo.

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