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No pasan por su mejor momento las relaciones entre el Vaticano e Israel, tras las declaraciones del Cardenal Parolin, quien tildó la operación militar que se desarrolla en Gaza como una “carnicería”.
El Papa con el embajador israelí Schutz – Foto: Vatican Media
Redacción (15/02/2024, Gaudium Press) No pasan por su mejor momento ni mucho menos las relaciones entre el Vaticano e Israel, tras las recientes declaraciones del Cardenal Pietro Parolin, Secretario de Estado, quien tildó la operación militar que se desarrolla en Gaza como una “carnicería”, que va más allá del derecho a la legítima defensa al que por supuesto tiene derecho Israel. El Cardenal estaba concluyendo un encuentro bilateral el martes con el gobierno italiano, que conmemoraba el 95º aniversario de los pactos lateranenses o Pactos de Letrán, que en 1929 establecieron la independencia de la Santa Sede del Reino de Italia, y la reconocía como Estado soberano.
“El derecho de defensa de Israel –dijo el Cardenal Parolin, invocado para justificar esta operación, debe ser proporcionado, y ciertamente con 30.000 muertos no lo es”. “Creo que es una voz general que no podemos continuar así y debemos encontrar otras maneras de resolver el problema de Gaza, el problema de Palestina”, afirmó.
“Estamos todos indignados por lo que está sucediendo, por esta carnicería. Debemos tener el coraje de seguir adelante y no perder la esperanza”, concluyó el Cardenal Parolin.
Entre tanto, el término “carnicería”, en el muy ponderado Cardenal Parolin, tuvo la fuerza de una bomba.
Como era de esperarse, sus palabras cayeron como saco de plomo a las autoridades israelíes, quienes rápidamente respondieron al Secretario de Estado por medio de su embajador en Israel, diciendo que era “una declaración deplorable. Juzgar la legitimidad de una guerra sin tener en cuenta todas las circunstancias y datos relevantes lleva inevitablemente a conclusiones erróneas”.
“La responsabilidad por la muerte y la destrucción en Gaza” recae en “Hamás y sólo Hamás”, resalta el escrito de la embajada.
El comunicado continúa especificando esas circunstancias que no habría tenido en cuenta el purpurado italiano al hablar, como por ejemplo que “Gaza ha sido transformada por Hamás en la mayor base terrorista jamás vista. No hay casi ninguna infraestructura civil que no haya sido utilizada por Hamás para sus planes criminales, incluidos hospitales, escuelas, lugares de culto y muchos otros”.
Entre tanto, y tal vez por vez primera, el Estado israelí alude a una connivencia de los civiles con el accionar de Hamás, cuyo proyecto fue “apoyado activamente por la población civil local. Los civiles de Gaza también participaron activamente en la invasión no provocada del 7 de octubre en territorio israelí, matando, violando y tomando como rehenes a civiles. Todos estos actos se definen como crímenes de guerra”.
Se defiende también Israel diciendo que sus operaciones militares se llevan a cabo “en plena conformidad con el derecho internacional”. “Según los datos disponibles, por cada militante de Hamas asesinado, tres civiles perdieron la vida. Todas las víctimas civiles deben ser lamentadas pero en guerras pasadas y operaciones de las fuerzas de la OTAN o de las fuerzas occidentales en Siria, Irak o Afganistán, la proporción era 9 o 10 civiles por cada terrorista”.
Tras insistir que la responsabilidad de lo ocurrido es solo de Hamás, el comunicado de la embajada señala que “no basta con condenar la masacre genocida del 7 de octubre y luego señalar con el dedo a Israel refiriéndose a su derecho a la existencia y a la autodefensa sólo como un simple deber y sin considerar el panorama más amplio”.
Por lo demás –y mostrando que las declaraciones del Cardenal Parolin no fueron un desliz– la Santa Sede hace cuerpo común con el purpurado y en Editorial de ayer titulado “Detener la Carnicería”, Vatican News, afirma que el Cardenal tiene una “visión realista” “de la tragedia actual en la Franja de Gaza”. “La Santa Sede siempre está del lado de las víctimas”, expresa el editorial y señala el elevado número de “civiles inocentes [muertos], un tercio de los cuales son niños”.
Las opiniones del Cardenal Parolin, a las que atribuye el calificativo de voz general, ciertamente tendrán impacto particularmente en los católicos de los países que apoyan la intervención israelí. Es probable así que el reloj esté corriendo en contra de Israel. Por en cuanto, la posición vaticana al parecer ha variado, en su contra, con todas las consecuencias que esto pueda tener. (SCM)
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