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El Cardenal Arzobispo de Esztergom-Budapest es anfitrión por estos días del Congreso Eucarístico Internacional.
Redacción (08/09/2021 16:06, Gaudium Press) En respuesta a interrogantes planteados por Matteo Matzuzzi de Il Foglio, el Cardenal Peter Erdö ha expresado importantes opiniones sobre temas de actualidad, particularmente sobre el alejamiento de Dios del mundo actual.
El purpurado, que es también Arzobispo de Budapest – hoy en el foco porque allí se desarrolla el 52 Congreso Eucarístico Internacional – recordó que las generaciones mayores de los países de Centroeuropa y de Europa Oriental “pagaron un gran precio si querían permanecer fieles al catolicismo”, y que incluso hoy si se quiere profesar la fe católica esto “puede tener graves consecuencias”. Ciertamente este ejemplo debe ayudar a aceptar que si se quiere verdaderamente ser cristiano, es preciso reconocerse como “discípulos de Jesucristo, Dios hecho hombre en la historia, crucificado y resucitado, que dejó su enseñanza y la Eucaristía a la Iglesia y que dio el mandato de anunciar la Buena Nueva”.
«¿Qué significa avanzar?»
El Cardenal Erdö también cuestionó la idea actual de progreso, cuando se excluye a Dios: “Si Dios no existe, ¿Cuál es la base de comparación que nos permite juzgar lo que es valioso? Es decir, ¿Qué significa avanzar? ¿Dónde está la parte de delante y dónde la de atrás? Para muchas personas, el deseo de sentirse bien en un momento dado se ha mantenido. Pero si ese es el único punto de vista, es comprensible que muchos tengan miedo al futuro. Tal vez mañana me sienta menos bien, o empiece a temer a los demás porque es posible que tenga que renunciar a algo por los demás”.
Progreso es el caminar a “una relación personal con Cristo. Esto significa una relación histórica, concreta, porque Jesucristo es una persona histórica y la relación con él tiene una concreción histórica que presupone también el testimonio de la Iglesia”.
La relación con Jesucristo “es también una relación directa y existencial, no solo un fenómeno cultural. Esta inmediatez está acentuada por los movimientos espirituales y, también, por las llamadas comunidades carismáticas”.
Como ejemplos renacimiento de la fe después de intentos de secularización, el purpurado mencionó a Albania, donde “ha habido un renacimiento de la religiosidad” y también “algunas partes de la antigua Unión Soviética”. También habló de una experiencia de fe habida en Hungría en 1989 y 1990, “demostración de que la Providencia divina estaba actuando aquí”.
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