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CNA entrevistó a artistas católicos de hoy, que cultivan estilos tradicionales.
Gwyneth Thompson Briggs – Foto: The Catholic Missourian
Redacción (18/04/2024, Gaudium Press) Daniel Mitsui, un artista católico contemporáneo radicado en Indiana, no esconde el hecho de que hoy la Iglesia no parece tan ampliamente conocida como productora de bellas artes. ¿Qué ha pasado?
En conversación con CNA, Mitsui, que no esconde su admiración por el arte medieval, afirma que el arte católico hoy sufre las heridas de un arma de doble filo: el rechazo de la tradición y la displicencia.
“Creo que los artistas religiosos católicos tienen dos tareas”, dijo. “En primer lugar, deben ser fieles a la tradición, tratando de transmitir a su vez las cosas que se recuerdan desde los tiempos del Nuevo Testamento y que se reflejan también en la sagrada liturgia y en los escritos de los Padres de la Iglesia. Y segundo, deben hacer su trabajo lo más hermoso posible, porque están intentando representar las cosas como Dios las ve”.
“La experiencia de la belleza”, dijo, “es como un vago recuerdo de la vida en el paraíso, una experiencia que ningún artista humano caído podrá recrear. ¡Pero debemos esforzarnos por hacerlo lo mejor que podamos!”
Entre tanto, parece haber un resurgimiento en el mundo artístico católico. Así lo cree Gwyneth Thompson Briggs, artista que vive en Nueva Inglaterra, EE.UU., quien ha creado un site llamado Directorio de Artistas Católicos, que presenta a muchos de los artistas que lideraron el renacimiento artístico de la Iglesia.
El enemigo es amigo de la fealdad
“El enemigo desea hacer el mundo feo, y ha recibido mucha ayuda en esa dirección durante los últimos 200 años. Nuestra tarea es hacer el mundo más hermoso”, explica ella, añadiendo que como “el cristianismo es la religión de la Encarnación”, el arte cristiano “debe ser también encarnado”.
De hecho, un elevado porcentaje de las iglesias católicas construidas en las últimas dos décadas lo son en estilos tradicionales. Un ejemplo de ello es el Centro Católico St. Mary en College Station, que atiende a la comunidad estudiantil en la Universidad Texas A&M.
“La nueva iglesia ha sido una gran bendición, porque ha permitido a los estudiantes penetrar en la liturgia y la oración de una manera que utiliza todos nuestros sentidos”, continúa Gwyneth. “Desde su nacimiento, cruz y resurrección hasta su reinado eterno, la Iglesia hace que el cielo parezca un poco más cercano. La Iglesia ayuda mejor a los estudiantes a comprender la historia de la salvación y el plan que Dios tiene para su salvación personal”.
Martin Earle, artista radicado en el Reino Unido, expresa que no se debe calificar este resurgimiento como simple recreación del pasado.
“Nosotros los artistas tenemos un papel que desempeñar en la predicación del Evangelio a cada generación: presentarlo en toda su frescura, belleza y vivacidad, en un lenguaje atractivo para nuestros semejantes. Esto solo puede suceder si primero nos dejamos sorprender por el Evangelio. Luego necesitamos encontrar las herramientas para comunicar nuestra maravilla”, afirma. Si se puede meterse “bajo la piel” de antiguas obras maestras de la fe, pero para luego “crear nuevas obras que manifiesten una tradición viva”.
“Vivimos en una época en la que es fácil obtener reproducciones de muchas obras maestras históricas. Quizás coleccionar solo eso parezca suficiente y menos arriesgado que apoyar a cualquier artista vivo. Pero si todo el mundo hace eso, el próximo gran artista religioso nunca tendrá la oportunidad de existir, porque tuvo que conseguir un trabajo en publicidad o algo así”, explicó.
Solo con la ayuda de los fieles, dijo Mitsui, los artistas católicos pueden ayudar a la Iglesia a alcanzar una nueva era de belleza y maravillas en el arte.
Con informaciones de CNA.
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