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“Es posible para un fiel católico tener objeción de conciencia a la supuesta obligatoriedad de la vacuna contra el Covid 19”, ha afirmado ayer Mons. Daniel Fernández.
Foto: Daniel Schludi
Redacción (18/08/2021 15:40, Gaudium Press) Mons. Daniel Fernández Torres, obispo de Arecibo en Puerto Rico, ha reconocido el derecho a la objeción de conciencia sobre las vacunas contra el Covid 19, y dijo que los clérigos estarán habilitados a firmar las exenciones a aquellos que lo soliciten.
“Es posible para un fiel católico tener objeción de conciencia a la supuesta obligatoriedad de la vacuna contra el Covid 19”, ha afirmado ayer el prelado.
“De acuerdo con lo que se dice aquí, en nuestra Diócesis de Arecibo, si se requiere legítimamente la firma de un ministro ordenado para hacer valer la objeción de conciencia, los sacerdotes y diáconos permanentes que están libremente dispuestos a firmar (la exención) por el feligrés católico, que con la conciencia bien formada así lo piden, pueden hacerlo o pueden ser referidos a la Diócesis de Arecibo”, dijo Mons. Fernández.
En Puerto Rico son muchos los que están constreñidos a vacunarse
En Puerto Rico como ha ocurrido en otros lugares, el gobernador Pedro Pierluisi emitió una orden ejecutiva obligando a vacunarse a todos los funcionarios gubernamentales y los trabajadores sanitarios, tanto de instituciones públicas como privadas, así como a trabajadores de la industria hotelera, el entretenimiento y los restaurantes.
En su declaraciones, el obispo de Arecibo afirmó que “es legítimo que un fiel católico tenga dudas sobre la seguridad y eficacia de una vacuna dado que lo que dicen las compañías farmacéuticas o las agencias reguladoras de medicamentos no es en modo alguno un dogma de fe”.
“Y que la seguridad y la eficacia son datos relevantes y necesarios para el juicio moral”, explicó.
Ya en diciembre del año pasado la Congregación de la Doctrina de la Fe declaró que “la vacunación no es, por regla general, una obligación moral”, y “por lo tanto, debe ser voluntaria”.
Mons. Fernández afirma en su declaración que “la conciencia, y su libertad, no puede ser considerada solo como un derecho civil sino que es algo intrínseco a nuestra fe católica”. Destaca igualmente que “siguiendo la doctrina moral de la Iglesia, ante casos difíciles, repentinos y moralmente debatidos, los pastores de almas no deben imponer soluciones unívocas, sino que, siguiendo a san Alfonso, debemos dejar actuar a cada uno. de acuerdo con su recta conciencia”.
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