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Desde el verano pasado la gran mayoría de ordenaciones han sido suspendidas en Nicaragua.
Foto: Archivo
Redacción (10/06/2025 09:31, Gaudium Press) Como es ampliamente conocido, la situación de la Iglesia en Nicaragua reviste características de persecución religiosa. Tanto, que el simple gesto de que el gobierno ‘permita’ la ordenación de diáconos, ya para no pocos es un signo de esperanza.
El pasado 7 de junio el Cardenal Brenes, Arzobispo de Managua, ordenó ocho diáconos transitorios en su Catedral, durante la Vigilia de Pentecostés. El gobierno había decretado suspender las ordenaciones desde el verano de 2024. En 2024 fueron ordenados 9 sacerdotes en enero y 16 en agosto. La costumbre era dos ceremonias de ordenación por año, tanto de sacerdotes cuanto de diáconos.
La Arquidiócesis tiene un buen flujo de vocaciones, con más de 100 seminaristas en el seminario diocesano, y un seminario Redemptoris Mater.
El 26 de junio del año pasado a la Diócesis de Estelí, de la que fue administrador Mons. Rolando José Alvarez, se le dio la orden de suspender la ordenación de 3 diáconos no permanentes. Ese mismo día, el administrador diocesano, P. Frutos Valle Salmerón, fue interrogado por la policía y puesto bajo arresto. El sacerdote contaba con 80 años.
Desde entonces a la mayoría de diócesis no se les ha permitido realizar ordenaciones, con la rara excepción de la diócesis de León, que ordenó 8 sacerdotes en agosto pasado, y la de Managua arriba mencionada.
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