Afirmaciones del capuchino Pasolini contradicen frontalmente el Catecismo.
Redacción (15/11/2024 09:22, Gaudium Press) Diversos medios están destacando que pasadas afirmaciones del nuevo predicador de la Casa Pontificia, el capuchino Roberto Pasolini, no se compaginan con la enseñanza tradicional de la Iglesia en materia de moral sexual.
Por ejemplo, el sacerdote afirmó que no existe ningún juicio bíblico “sobre la condición u orientación homosexual… sobre personas que están experimentando algo a nivel emocional, psicológico, del cual no pueden y no quieren encontrar distancia”, algo manifiestamente contrario a lo afirmado por la tradición católica y al catecismo proclamado por San Juan Pablo II por medio de la Carta Apostólica Laetamur Magnopere, que, sin dejar de predicar el debido respeto por las personas homosexuales, afirma que la orientación homosexual es objetivamente desordenada (cfr. CIC cn. 2358).
Para el capuchino el concepto “orientación” no existía “en la cultura de esa época” bíblica.
El capuchino, en una interpretación común entre ciertos teóricos activistas, pero sin ningún fundamento en la tradición, se ha hecho eco de pésimas exégesis bíblicas:
El P. Pasolini dijo en pronunciamiento que a menudo la amistad entre Jonathan y el rey David se ha señalado “como una historia de amor homosexual”, pero agregó que decir que tenían una “relación homosexual es exagerar el texto”.
Sin embargo, el capuchino animó a los católicos a “imaginar” y “pensar” que Jonathan y David eran homosexuales activos, ya que “seguramente hubo en ese momento historias de amor homosexual, eso es evidente, por lo que nada nos prohíbe poder pensarlo, poder imaginarlo”.
El nuevo predicador de la Casa Pontificia, parece tener algo a la manera de una obsesión para interpretar ciertos pasajes bíblicos en ese prisma. Pasolini también señaló al centurión que se acercó a Jesús en nombre de su siervo enfermo, y cuya fe Cristo elogió mucho. El fraile se preguntó por qué el centurión era tan devoto de un simple sirviente, postulando que tal vez “como dicen algunos, tal vez había una relación entre los dos”. Esta hipótesis verificada, llevaría a la conclusión de que Jesús alabó al centurión en su condición de homosexual activo.
Este tipo de escenarios que imagina el capuchino, significaría “que tenemos que revisar todas las opiniones que tenemos”, “o más bien tenemos que asegurarnos de que Jesús en realidad no tenía tanto miedo de hablar bien de las personas, volver a la bendición (Fiducia Supplicans) que el Papa escribió recientemente y que levantó un avispero”.
Quiso matizar el sacerdote, diciendo, refiriéndose al passaje del Centurión, que “hablar bien de alguien no es aprobar toda su vida: ¿quién de nosotros tiene una vida cien por cien perfecta u ordenada?”
Con información de LifeSite
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