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El Vaticano usó una obra de Rupnik para ilustrar la fiesta de la Asunción.
Redacción (22/08/2024, Gaudium Press) Es una insistencia que muchos no entienden, y que en algunos comienza a causar indignación.
El Vaticano sigue usando las obras de Rupnik, el cuestionado ex jesuita ampliamente acusado de repetidos abusos sexuales, para promocionar eventos, como lo acaba de hacer en la fiesta de la Asunción, dando pie a titulares como este, de La Nuova Bussola Quotidiana: “En la lucha contra los abusos este pontificado no tiene credibilidad”.
El pasado 15 de agosto, y para ilustrar la fiesta de la Asunción, el vaticano usó en medio oficial uno de sus mosaicos, algo que ya es repetitivo en los últimos tiempos.
Es una insistencia que no solo hiere a numerosas víctimas de abuso por parte de clérigos, sino que además va en contravía de las propias indicaciones del Cardenal Sean O’Malley, antiguo presidente de la Pontificia Comisión para la Protección de los Menores, quien ya pidió no usar las características obras del mosaiquista en carta dirigida a todos los jefes de dicasterio. El Cardenal americano se hacía eco de la petición de cinco mujeres que alegan haber sido abusadas por el ex jesuita, que en carta clamaron a obispos católicos del mundo entero retirar los característicos mosaicos de Rupnik.
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Pero es que en el Vaticano no todos piensan como el purpurado capuchino.
Paolo Ruffini, prefecto del Dicasterio de Comunicación, no tiene inconveniente en que se sigan usando las obras del acusado sacerdote, contra el que se sigue un proceso en el Dicasterio de Doctrina de la Fe sin término fijo. “Como cristianos estamos llamados a no juzgar”, aseguró Ruffini, frase que podrá sonar simpática a muchos oídos, pero sin sentido, porque el juicio es la segunda operación mental del ser humano. Para el prefecto de la comunicación, no se puede anticipar la decisión del actual proceso en Doctrina de la Fe.
Sin embargo olvida Ruffini que Rupnik ya fue juzgado y condenado con excomunión latae sententiae por absolución de cómplice. Y parece no tener en cuenta que llevamos ya casi dos años con noticias tras noticias sobre el caso Rupnik, y acusaciones que han sido calificadas de creíbles por sesudos investigadores de Iglesia. Justamente, para evitar el escándalo, él debería dar la clara directriz de no publicar sus obras en las páginas vaticanas a la espera del fallo, una decisión que por lo demás se va alargando sin justificación para muchos.
¿Por qué publicar unas obras que están causando tanto daño a la Iglesia, dicho esto por altos miembros de la jerarquía? ¿O es que hay una orden para que esto se haga?
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