domingo, 24 de noviembre de 2024
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Putin amenaza con enviar ‘policía’ a Bielorrusia. Arzobispo de Minsk protesta por bloqueo de Iglesia

Si el sempiterno gobierno de Alexander Lukashenko creyo que la tenía fácil, se engañó.

Monsenor Kondrusiewicz

Mons. Kondrusiewicz, Arzobispo de Minsk

Redacción (27/08/2020 16:45, Gaudium Press) Bielorrusia; un grave problema, para muchos.

Si el sempiterno gobierno de Alexander Lukashenko (quien está gobernando su país desde el 94) y sus aliados (especialmente los rusos, pero ahora también los chinos), creían que la tendrían fácil, como en anteriores oportunidades, pues se engañaron.

Es consenso en casi todos los países que no sean incondicionales del régimen, que las elecciones del pasado del pasado 9 de agosto fueron fraudulentas, en el país que ha sido llamado la última tiranía en Europa. Y también fue generalizada la condena a la violencia con la que el régimen reprimió las manifestaciones de protesta.

Lukashenko sabe de la debilidad de su régimen, y por más gestos teatrales que haga, es manifiesta su debilidad. Pero ‘treatrales’ no significa mera pantomima, porque los locos y los actores por veces pueden matar.

Pero eso que hizo el fin de semana pasado, de volar en su helicóptero, decirle al piloto que se dirija a los que protestaban, calificarlos como “ratas”, luego bajarse del aparato e ir hasta los manifestantes – eso sí, bien custodiado – con un largo fusil Kalashnikov, rompió todos los moldes, se salió de todos los guiones.

Putin amenaza

Pero insistimos, los locos también matan, más después de la declaración de Vladimir Putin de hoy, de que el Kremlim ha preparado un grupo de policías que apoyen a Lukashenko si necesario: “Me pidió que formara una cierta reserva de agentes del orden, y lo hice (…) Pero también acordamos que no se utilizará a menos que la situación se salga de control», dijo Putin en entrevista con un canal estatal.

Dijo también el mandatario ruso que “estamos convencidos de que todos los participantes en este proceso tendrán el buen sentido común, sin extremismos, para encontrar una salida”; una salida que mejor no sea del desagrado de Rusia, ciertamente. ¿Nueva primavera de Praga, ahora de Minsk, a la vista? Pero las circunstancias son muy diferentes. Occidente no parece dispuesto a aceptar que simplemente Bielorrusia se vuelva colonia forzada de la perestroikada madre Rusia.

Y es que las protestas continúan, y aumentan. Lo que está habiendo es un despertar de Minsk, que no está siendo visto con indiferencia por Occidente.

La Iglesia no ha sido convidada de piedra

En toda esta ebullición, la Iglesia no ha sido convidada de piedra.

Mons. Tadeusz Kondrusiewicz, Arzobispo de Minsk, ya ha sido protagonista brillante. El pasado 19 fue a pie hasta el centro de detención preventiva de la Calle Akrestsin, donde aún se encontraban detenidos muchos de los manifestantes del día 9, caminó por los aledaños de este centro, rezó un rosario de la Divina Misericordia y quiso ingresar pero le fue prohibido. Ya había pedido, sin fruto que se le permitiera a los sacerdotes dar asistencia espiritual a los detenidos.

Leer también: Arzobispo de Minsk, Bielorrusia, reza afuera de prisión donde permanecen detenidos manifestantes

Ahora Mons. Kondrusiewicz ha sentado su protestas porque policías antidusturbios, ayer, impidieron el ingreso de personas a la iglesia de los Santos Simón y Helena:

“De acuerdo con la constitución de la República de Bielorrusia, las personas tienen derecho a rezar entrando y saliendo libremente de la iglesia sin obstáculos. Bloquear las salidas del santuario y crear obstáculos a la libre entrada y salida de personas es una grave violación de los derechos de los creyentes y la libertad de religión ”, dijo.

La iglesia bloqueada no es una cualquiera: conocida como la Iglesia Roja, da a la Plaza de la Independencia, foco de las protestas tras la ‘elección’ de Lukashenko. Todo un símbolo.

Resulta que ayer miércoles, personas que protestaban en la plaza, cuando la policía antidisturbios quiso dispersarlos, buscaron refugio en el templo, pero las puertas de este santuario habían sido bloqueadas y así permanecieron por 40 minutos. Alrededor de 50 manifestantes fueron arrestados.

Se mueven las aguas también en los ortodoxos

Pero si en la Iglesia tocan las trompetas, entre los ortodoxos las aguas también se mueven.

Ayer se conoció la sustitución del Exarca patriarcal de Minsk, el encargado de los ortodoxos en la Rusia blanca.

El metropolitano Pavel, había tenido posiciones erráticas con respecto a la crisis en que se sumerge su país.

Primero había felicitado la victoria de Lukashenko. Luego se retractó; luego se alineó con el Arzobispo católico, y pidió que no se ejerciera violencia contra los manifestantes. Luego los ortodoxos de bielorrusia prohibieron a sus fieles cualquier tipo de manifestación, y exigieron que no interfiriera la vida política del país. En resumen, errático el metropolitano, y sobre todo, divergente un tanto o por un tiempo de los intereses de Moscú.

Por ello, el Sínodo del patriarcado de Moscú le ha “aceptado el pedido” de ser relevado del cargo. Ciertamente el nuevo metropolitano, Benjamín, no distonará tanto de sus jefes en la capital rusa.

No obstante, siguen las protestas, la cosa se calienta y el mundo entero está de auditorio, siguiendo los acontecimientos casi que en tiempo real, en estos tiempos del internet. (Gaudium Press / Saúl Castiblanco)

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