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El P. Hayen Cuarón, escribió un artículo tras una visita que hizo en Monterrey a una exposición en el Museo de Arte Contemporáneo.
Un Picasso
Redacción (23/08/2021 12:35, Gaudium Press) Cuando el arte se aleja de Dios, “no puede ser más que feo”: Frase lapidaria, a la que pocos le negarán veracidad.
Fue pronunciada por el P. Hayen Cuarón, director del semanario Presencia de la Diócesis de Ciudad Juárez, en México, en una nota titulada: “Malestar del arte contemporáneo”, tras una visita que hizo en Monterrey a una exposición en el Museo de Arte Contemporáneo.
“Después de recorrer las salas donde el autor expone su arte a través de imágenes fotográficas, videos, películas, textos, instalaciones de audio y letreros, confieso que la exposición no me dejó ninguna emoción estética; al contrario, terminé con una sensación de malestar existencial y un sentido de vacío”, dijo el presbítero.
Comparaciones que muestran la evidencia
El P. Cuarón contrapuso estas impresiones a las que le causa por ejemplo el contemplar una obra renacentista, “o se visitan templos católicos que albergan auténticas joyas artísticas, el espectador sale de esos lugares lleno de admiración, con una sensación de alegría y de paz interior por el encuentro con lo bello y la armonía de las formas”.
“El arte, por ser un destello expresivo de la belleza de Dios y de la grandeza de lo que el hombre está llamado a ser, naturalmente comunica gozo espiritual”. “En cambio, cuando la obra artística deja una sensación de enfado, absurdo y tristeza es porque su inspiración no tiene su origen en el Autor de la belleza, sino únicamente en el mismo hombre”, afirmó.
Carlos IX de Francia, óleo de Clouet
El padre lamentó que nuevos ‘dioses’ de hoy, como la tecnología y las máquinas, la anarquía y la nada, rebajen al hombre a una “cosa” meramente visible.
Pero el hombre-artista cuando abandona a Dios, no se queda meramente en los ídolos de la materia: “Si en otros tiempos los artistas plasmaban el mundo de Dios y de los santos, hoy emerge el caos -lo demoníaco- para instalarse en el mundo del hombre”, dijo.
El P. Hayen Cuarón sin embargo aseguró un futuro en que el hombre salga de esa pesadilla: “Llegará un día –esperemos que no tarde mucho– en que los seres humanos reconozcamos que nuestro mayor título de gloria es ser criaturas dependientes de Dios”. Y ese reconocimiento hará reflorecer el arte.
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