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Se trata del P. Sean Gough e Isabel Vaughan-Source, cuyo caso dio la vuelta al mundo entero en diciembre.
Isabel Vaughan-Source – Foto: Screenshot Facebook March for Life UK
Redacción (17/02/2023 08:59, Gaudium Press) Informa Aciprensa que el P. Sean Gough e Isabel Vaughan-Source, llevados a juicio acusados por supuestamente violar una norma que prohíbe manifestarse cerca a abortorios, fueron absueltos ayer por el Tribunal de Magistrados de Birminghan, en Inglaterra.
Tanto el sacerdote cuanto Isabel, quien lleva más de 20 años luchando por causas provida y es co-directora de March for Life UK, eran asistidos legalmente por Jeremiah Igunnubole, del grupo de defensa legal cristiano ADF UK.
“Esto no es 1984, sino 2023: nadie debe ser criminalizado por sus pensamientos, por sus oraciones, por expresarse de forma pacífica en la vía pública”, dijo a los medios el abogado tras la decisión judicial.
La normativa que supuestamente estaban violando Isabel y el P. Gough era la “Orden de Protección de Espacios Públicos” local, que prohíbe “protestar, es decir, participar en un acto de aprobación/desaprobación o intento de acto de aprobación/desaprobación, con respecto a cuestiones relacionadas con los servicios de aborto, por cualquier medio”.
Isabel era acusada específicamente de “protestar y participar en un acto que intimida a los usuarios del servicio”. Solo que lo que hizo ella fue una oración, por lo demás silenciosa, mental, y cuando el abortorio se encontraba cerrado.
Por ello Isabel, que siente alegría por la decisión del Tribunal, declara también que nunca debió ser arrestada y tratada como criminal. Como fue noticia a nivel mundial, Isabel Vaughan-Spruce fue arrestada el pasado 6 de diciembre frente al centro de abortos. El momento de la detención quedó registrado en video y permite comprobar las circunstancias: Un oficial de policía se le acerca y le pregunta si estaba rezando. Entonces Isabel responde que “podría estar rezando en mi cabeza”.
El sacerdote
La acusación específica contra el sacerdote, de la Archidiócesis de Birmingham, era la de “intimidar a los usuarios del servicio” en una zona de censura. El P. Gough portaba un cartel que decía “orando por la libertad de expresión”, y tenía una calcomanía provida en su automóvil, hechos que también se citaron en la acusación.
“Sean cuales sean sus puntos de vista sobre el aborto, todos podemos estar de acuerdo en que un país democrático no puede estar en el negocio de enjuiciar los delitos de pensamiento”, dijo el presbítero.
El problema es que hay apartes de la normatividad no bien definidos, que permitirían ciertas interpretaciones en el sentido de que una simple oración podría ser considerada una “influencia” prohibida. El riesgo es de prisión hasta por dos años.
Expresa Aciprensa que la Cámara de los Comunes debatirá esos temas en las próximas semanas.
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