Roma (Sábado, 28-09-2013, Gaudium Press) Su Beatitud Fouad Twal, Patriarca Latino de Jerusalén tiene a su cargo el pastoreo de la Iglesia Católica en Chipre, Israel, Palestina y Jordania, y por ello conoce muy de cerca la situación de todo Oriente Medio. En una entrevista concedida a la agencia Zenit, el Patriarca explicó la situación actual de la región y señaló como un milagro el cambio generado en el ambiente internacional frente al conflicto en Siria tras la Jornada de Oración y Ayuno convocada por el Papa Francisco y a la que se unieron católicos de todo el mundo.
Mons. Fouad Twal, Patriarca Latino de Jerusalén. Foto: Iglesia Católica en Inglaterra y Gales. |
«Esto es un milagro. La Jornada marca un antes y un después», señaló el prelado, quien relató que Tierra Santa se unió en oración en Getsemaní en unidad con el Santo Padre. «Antes de la jornada se discutía de qué tipo de guerra hacer, pequeña, grande, limitada o no. Después de la oración, de qué tipo de solución diplomática encontrar. En un mismo día ha cambiado el panorama mundial», celebró. «Gracias al Papa Francisco y al ejército de fieles que rezan por la paz».
La única voz que se atreve a señalar la verdad
Sin embargo, la situación en Oriente Medio es todavía difícil, y la polarización de los conflictos hace muy difícil encontrar información fidedigna para que los países trabajen adecuadamente para resolverla . «En un Medio Oriente tan complicado, creo la única voz que tiene el coraje de levantarse y decir cómo están las cosas es la Iglesia», afirmó Su Beatitud Twal. Líderes políticos de distintas vertientes han contactado a la Iglesia, pero muchos de ellos están comprometidos a diferentes bandos. «A veces no es fácil tener una distancia del conflicto para ver como están las cosas y decirlas, y hace falta este coraje».
Sobre el avance del conflicto en Siria, el Patriarca describió que subsisten dificultades graves para la solución negociada de los enfrentamientos. «La solución del mismo se ha desplazado afuera de las fronteras de Damasco», comentó, al tiempo que afirmó que el gobierno aceptaría dialogar con la oposición siria, «pero no con los extremistas de milicias integristas que allí combaten». Según el prelado está comprobada la presencia de combatientes extranjeros, ya que «en los diarios publicados en Jordania por los grupos salafitas, hacen la apología de la guerra santa y publican los nombres de los jordanos que murieron en Siria, y les califican de mártires».
La acción de la Iglesia
La Iglesia Católica ha sido muy importante para la atención para los cientos de miles de refugiados que han debido dejar su tierra a causa de la violencia. Tan sólo en el Patriarcado, «hemos recibido unos 800 mil refugiados sirios y al final del 2013 llegarán a ser aproximadamente un millón, transformándose en la «tercera ciudad de Jordania»», relató el Patriarca. «En los campos de refugiados no hay infraestructuras para tal cantidad de personas, ni agua, y los problemas son de todo tipo, incluso morales». Las penalidades que sufren las familias incluyen las temperaturas inclementes del desierto, con altas temperaturas y lluvias, además de derrumbes.
La presencia de refugiados también impone dificultades para la sociedad en general ya que, por ejemplo, la necesidad de los emigrantes les impone ofrecerse para trabajar por la mitad del salario, lo cual reduce los ingresos de los trabajadores nacionales que no pueden competir en esas condiciones. En medio de la emergencia humanitaria, «el Patriarcado ha abierto las escuelas por la tarde para los niños sirios y también los conventos para alojar a los cristianos», comentó Su Beatitud, quien señaló el compromiso de Cáritas como un verdadero ejemplo en el trabajo por los refugiados.
Con información de Agencia Zenit.
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