El Papa León XIV presidió la celebración de la solemnidad de los Santos Pedro y Pablo, patronos de la diócesis y de la ciudad de Roma, en la Basílica de San Pedro. La misa incluyó la bendición e imposición del palio a 54 nuevos arzobispos metropolitanos.
Foto: Vatican News
Redacción (29/06/2025 15:55, Gaudium Press) En la solemnidad de los santos Pedro y Pablo, el Papa León XIV celebró la Misa en la Basílica de San Pedro en Roma este domingo 29 de junio. “La historia de Pedro y Pablo nos enseña que la comunión a la que el Señor nos llama es una armonía de voces y rostros que no anula la libertad de cada uno”, dijo el Santo Padre en su homilía, antes de entregar el palio a los 54 nuevos arzobispos metropolitanos.
“Hoy celebramos a dos hermanos en la fe, Pedro y Pablo, a quienes reconocemos como columnas de la Iglesia y veneramos como patronos de la diócesis y de la ciudad de Roma”, recordó el Pontífice al inicio de su homilía, en presencia de más de 5.500 fieles, reunidos en la basílica papal construida sobre la tumba del príncipe de los apóstoles, Pedro. Partiendo de la historia de estos dos apóstoles que “nos interpelan tan de cerca a nosotros, que formamos la comunidad de los discípulos del Señor peregrinos en estos tiempos”, León XIV destacó en particular dos aspectos de su testimonio: “la comunión eclesial y la vitalidad de la fe”.
Dirigiéndose especialmente a la Iglesia de Roma, León XIV la exhortó a ser cada vez más signo de unidad y de fe viva: “Una comunidad de discípulos que testimonien la alegría y el consuelo del Evangelio en toda situación humana”.
En la alegría de esta comunión, el Papa saludó a los arzobispos que en este día recibieron el Palio, signo de la misión pastoral confiada a cada uno y de comunión con el Sucesor de Pedro.
“Este signo, al mismo tiempo que recuerda la tarea pastoral que se os ha confiado, expresa la comunión con el Obispo de Roma, para que, en la unidad de la fe católica, cada uno de vosotros pueda alimentarla en las Iglesias locales que se os han confiado”, aconsejó.
A continuación el Santo Padre presidió los ritos de bendición e imposición de los palios. Los diáconos retiraron los ornamentos que estaban depositados junto a la tumba de San Pedro y los presentaron al Pontífice. El cardenal protodiácono Dominique Mamberti presentó a los nuevos arzobispos metropolitanos, quienes luego prestaron juramento de fidelidad al Papa y a la Iglesia de Roma. En total, 54 arzobispos metropolitanos recibieron el palio de manos del propio Papa, quien lo colocó sobre sus hombros.
Significado de palio
El nombre “Palio” proviene de la palabra latina “pallium” que significa “manto de lana”. Se trata de una vestimenta litúrgica utilizada en la Iglesia Católica, que consiste en una tira de tela de lana blanca que se coloca sobre los hombros de los Arzobispos.
Su significado es representar a la oveja que el pastor carga sobre sus hombros, tal como lo hizo el ‘Buen Pastor’, Nuestro Señor Jesucristo, con la oveja perdida.
En otras palabras, el Palio es la representación simbólica de la misión pastoral del obispo.
El Palio representa también una de las prerrogativas de los arzobispos metropolitanos: es el símbolo de la jurisdicción que se les concede, estando en comunión con la Santa Sede.
¿Cómo se fabrica el palio?
Los monjes trapenses de la Abadía de Tre Fontane en Roma crían dos corderos cuya lana se destina al año anterior. Y desde 1644, son bendecidos por el Abad General de los Canónigos de Letrán en la Basílica, en Vía Nomentana Complejo Monumental de Santa Inés, extramuros, el día en que se recuerda a la Santa, el 21 de enero.
Luego son llevados ante el Papa en el Palacio Apostólico.
El palio es tejido y cosido por las monjas de clausura del convento romano de Santa Cecilia en Trastevere.
Los palios se conservan en la Basílica de San Pedro en Roma, al pie del altar central de la Basílica, conocido como el “Altar de la Confesión”, muy cerca de la tumba del Apóstol Pedro.
El palio
El palio, en su forma actual, es una estrecha tira de tela, de unas dos pulgadas de ancho, tejida con lana blanca, curvada en el medio para que pueda reposar sobre los hombros por encima de la casulla, y con dos flecos negros colgando por delante y por detrás, de modo que, vista tanto por delante como por detrás, la prenda se asemeja a la letra “Y”.
Está decorado con seis cruces de seda negra que recuerdan las llagas y heridas de Cristo, una en cada tira colgante y cuatro en la parte circular, y está ribeteado por delante y por detrás con tres alfileres en forma de espina. Dos características parecen recordar los tiempos en que el palio era un simple pañuelo doblado dos veces y sujeto al hombro izquierdo del portador.
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