miércoles, 27 de noviembre de 2024
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Los cuatro animales simbólicos

Redacción (Martes, 11-03-2014, Gaudium Press) Se ve en el pórtico de una catedral gótica cuatro figuras cercando la imagen de Jesucristo: el hombre, el águila, el león y el toro. ¿Tales animales fueron allá colocados por acaso o tienen algún significado?

1.jpgDe acuerdo con los escritos del siglo XII, significaban al mismo tiempo tres realidades: los evangelistas, Nuestro Señor Jesucristo y las virtudes católicas.

Los Evangelistas

San Mateo tiene por símbolo el hombre, pues comenzó su Evangelio con la genealogía de Nuestro Señor según la carne. El toro, animal de sacrificio, designa a San Lucas, que inicia su Evangelio por el sacrificio de Zacarías. El león designa a San Marcos, que ya en sus primeras líneas habla de la voz que clama en el desierto. El águila es la figura de San Juan, porque desde el inicio, él nos transporta al seno de la divinidad, semejante al águila, animal que osa contemplar el sol cara a cara.

Nuestro Señor Jesucristo

Los mismos animales simbolizan a Jesucristo. El hombre recuerda a la Encarnación del Verbo, por la cual Jesucristo se hizo realmente carne. El toro hace pensar en la Pasión, en el sacrificio que el Redentor ofreció por la humanidad pecadora. El león, símbolo de la Resurrección (en el mundo antiguo se creía que el león dormía de ojos abiertos), figura de Nuestro Señor en la sepultura: parecía estar adormecido en la muerte, pero su Divinidad velaba. Y el águila es la figura de la Ascensión: Jesús se elevó al Cielo como el águila sube hasta las nubes.

Resumiendo, Nuestro Señor fue hombre naciendo, toro muriendo, león resucitando y águila subiendo al Cielo.

Las virtudes católicas

Los cuatro animales tienen además otro significado: expresan las virtudes necesarias para nuestra salvación.

Se debe ser hombre, porque el hombre es animal racional, y solo quien camina en la vía de la razón merece el nombre de hombre. Se debe ser toro, porque el toro es la víctima inmolada en los sacrificios, y el verdadero católico, renunciando a todos los placeres de este mundo, se inmola a sí mismo. Se debe ser león, pues este es el animal corajudo por excelencia, y del justo está escrito: «El justo será firme y sin miedo como un león». Se debe, por último, ser águila, ´pues ella vuela en las alturas y mira el sol sin bajar los ojos, exactamente como debe el católico contemplar las cosas sublimes

De esa manera, en la Edad Media a los hombres constantemente se les recordaba esas verdades; como que participaban de una catequesis casi que diaria al admirar y leer en las diversas esculturas y pinturas de las catedrales góticas las verdades eternas.

Por la Hna. Amanda de Fátima Fernandes Correia, EP

 

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