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El milagro Eucarístico de Alkmaar

Amsterdam – Holanda (Miércoles, 22-05-2013, Gaudium Press) Corría la primera década del siglo XV. En la ciudad de Alkmaar, localizada en la provincia de Holanda del Norte, Países Bajos, vivía el joven Folquert. Los padres ricos les pagaban los estudios; sin embargo, de temperamento rebelde, prefería entregarse a borracheras y juegos de azar.

A las tantas, para satisfacer su temperamento fogoso, ingresó al ejército de Jacobo de Baviera y en 1414 participó de la batalla de Hoorn en la que mató a muchísima gente. Después de este episodio, tal vez atormentado por su mala conducta, el joven decidió volver a los estudios, sin embargo esta vez con el objetivo de tornarse sacerdote.

En el primer día de mayo de 1429, celebra su primera misa en la Iglesia de San Lorenzo en Alkmaar. Estaba muy nervioso, se consideraba sacerdote indigno porque jamás revelara a sus superiores el hecho de que había matado muchas personas, con el miedo de que tal vez una vez revelado este secreto se negasen a ordenarlo.

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Después de la consagración, al tomar la sangre de Cristo, dejó caer 3 gotas de este en la casulla que la dejaron con manchas de sangre. Aún más nervioso, al final de la misa en la sacristía, recortó el pedazo de tejido manchado, intentó quemarlo pero milagrosamente el fuego se negaba a destruirlo. Finalmente escondió el tejido manchado detrás del altar.

Algunos años después un capitán de navío enfrentaba una tempestad violenta cerca de la costa. Sentía él que ciertamente el navío se hundiría muriendo así todos los tripulantes. En medio de la angustia le apareció un ángel que le contó el milagro ocurrido en 1429 y que si él prometiese revelar el lugar donde estaba la reliquia escondida al párroco de la iglesia, el ángel lo salvaría de la tempestad. Y así lo hizo.

El párroco encontró el tejido, relató el hecho al obispo de Utrecht el cual declaró la autenticidad del milagro y para que tan preciosa reliquia fuese debidamente venerada mandó forjar un ángel de plata que sostiene en las manos el pedazo de la casulla.

Después de 1566 las autoridades municipales protestantes prohibieron el culto católico de las reliquias. Para evitar que fuese profanada, o destruida, estuvo escondida durante muchos años hasta que alrededor de 1885 el obispo de Haarlem, Mons. Gaspar Bottemanne, retomó la veneración de la Santa reliquia. En 1902 fue hecha una nueva imagen del ángel, esta vez en plata de mejor calidad.

A partir de entonces la reliquia queda expuesta todos los domingos a los ojos de los fieles en un altar lateral de la iglesia, conocido como el Santo Altar de la Sangre Consagrada. (J)
Desde Amsterdam, Aldo Leone / Gaudium Press

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