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Beato cristero Anacleto González es declarado Patrono de los laicos de México

Ciudad de México (Martes, 30-07-2019, Gaudium Press) La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) divulgó a través de un comunicado oficial del pasado 29 de julio que la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos dio su aprobación al reconocimiento del Beato Anacleto González Flores, mártir, como Patrono de los Laicos mexicanos. El Beato es especialmente significativo para los fieles por su valentía en el testimonio de la fe durante la persecución religiosa de la primera mitad del siglo XX.

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Carta de la  Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos sobre el reconocimiento del Patronazgo del Beato Anacleto González. Foto: CEM.

«Durante la CIII Asamblea Plenaria de la Conferencia del Episcopado Mexicano, se votó por unanimidad declarar al Beato como Patrono de los Laicos e instituir el tercer fin de semana de noviembre, en la fiesta de Cristo Rey del Universo, el Día del Laico», informaron los Obispos. «El Dicasterio atendió la petición y aceptó con gusto la solicitud que hicimos».

El nuevo Patrono de los laicos nació en Tepatitlán, Jalisco, el 13 de julio de 1888, y fue formado en el seminario auxiliar de San Juan de los Lagos. A pesar de comprobar que no tenía vocación al sacerdocio sí descubrió un notable talento académico y desarrolló un gran liderazgo que le convirtió en una de las figuras más notables del laicado de Guadalajara. El Beato Anacleto lideró un movimiento de resistencia pacífica a la persecución religiosa de la década de 1920 a través de acciones legales y civiles y apoyó la Liga Nacional Defensora de la Libertad Religiosa.

Además de su protagonismo en la esfera pública, el Beato es recordado por una intensa vida de piedad, caracterizada por la oración y la asistencia diaria a la Eucaristía. En la madrugada del 1 de abril de 1927 fue arrestado por las autoridades y sometido a torturas que buscaban que delatara el paradero del Arzobispo de Guadalajara. El seglar no cedió a pesar de la gravedad de los tormentos. Antes de morir dijo al General de división Jesús María Ferreira, quien ordenó su tortura: «Perdono a usted de corazón, muy pronto nos veremos ante el tribunal divino, el mismo juez que me va a juzgar, será su juez, entonces tendrá usted, en mí, un intercesor con Dios». Fue ejecutado con el filo de una bayoneta.

«En la alegría de la oración nos encomendamos al nuevo Patrono de los Laicos», concluyeron el comunicado los Obispos mexicanos. «Que el ejemplo de su entregado amor a Dios nos recuerde que el camino de la santidad es un martirio vivificante que sólo es posible gracias a la fuerza de Dios».

Con información de Conferencia del Episcopado Mexicano.

 

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