sábado, 27 de abril de 2024
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Arzobispo de Buenos Aires predica contra "comodismo" de la vida en texto por el inicio de la Cuaresma

Buenos Aires (Viernes, 19-02-2010, Gaudium Press) El pasado miércoles, el cardenal arzobispo de Buenos Aires presidió una misa especial por la apertura del período cuaresmal. Pero fue en un artículo divulgado por la arquidiócesis de la capital argentina que el purpurado se dirigió con verdadera intensidad sobre la importancia de la Cuaresma para la Iglesia, abordándola principalmente bajo la óptica de la conversión.

En el texto, el Cardenal Bergoglio dice que una de las cosas más desgastantes que puede acontecer a un cristiano es caer «en las garras» del comodismo, «tanto del buen comodismo, como del malo». Él justifica su afirmación con un ejemplo cotidiano, diciendo que cuando el esposo o la esposa se acostumbra con el cariño de la familia, entonces deja de valorizar, de agradecer, «de cuidar delicadamente lo que tiene», ejemplifica el arzobispo.

Él cita como ejemplo la insensibilidad que recurrentes noticias sobre violencia y desgracias en el mundo adormecieron a las personas, siendo necesario dejar de ser sordo para estas realidades que gritan a nuestros oídos con un mensaje de esperanza. «La herida está en la calle».

Y también a la profesión de la fe cristiana este comodismo es nocivo, afirma el cardenal. «Cuando nos acostumbramos al presente de la fe, la vida cristiana se hace rutina, repetición, no da sentido a la vida, deja de ser fermento. El acostumbrarse es un freno, un callo que aprisiona el corazón y nos frustra la capacidad de mirar bien y dar una respuesta».

Por esto, según Mons. Bergoglio, la importancia de la conversión, valor y una de las recomendaciones mayores de la Iglesia Católica al cristiano durante el período Cuaresmal. Para el purpurado, «el comodismo dice, peligrosamente, que no se debe alterar nada, que no se puede hacer frente a ciertas situaciones. La Cuaresma, sin embargo, tiene la función también de «sacudirnos» en este nuestro andar inercial. Es necesario cambiar cuando algo no va bien con nosotros, con la Iglesia, con nuestra familia».

«Somos invitados a emprender un camino cuaresmal, un camino que incluya la cruz y la renuncia, camino de penitencia real, estimulado por el corazón, no superficial y oportunista», resalta.

Al final de su texto, el arzobispo de Buenos Aires recuerda a todos que el ejercicio del amor al prójimo hace crecer también en el amor a Dios, «a quien buscamos a partir de nuestro corazón, a quien adoramos y con quien queremos encontrarnos».

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