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| Iglesia en Linares |
Santiago (Jueves, 04-03-2010, Gaudium Press) El reciente terremoto que azotó el centro-sur del país provocó pérdidas materiales incuantificables al dañar gravemente edificaciones centenarias y monumentos patrimoniales ubicados en los cascos históricos de las ciudades más afectadas que en pocos minutos cedieron ante la gran intensidad del sismo.
Según cifras del gobierno, alrededor de un millón y medio de personas han quedado damnificadas por causa del terremoto, pero no tan solo tal cantidad de personas sufren por la pérdida de sus viviendas, sino que también diversas comunidades católicas lamentan la destrucción de sus hogares, esto es, las iglesias.
Fuentes comunicacionales de la diócesis de Chillán informaron que muchos templos y edificios de Iglesia resultaron con daños considerables a causa del terremoto. Diversas comunidades ven con preocupación los daños estructurales que sufrieron sus parroquias y no descartan la posibilidad de derrumbes o demolición. En una situación particularmente crítica se encuentran las parroquias de San Francisco, Santo Domingo, Virgen del Carmen y San Juan de Dios, que debido a su deterioro y por seguridad de los fieles, han obligado a las comunidades a realizar las misas al aire libre o en otras locaciones adaptadas para el caso.
Situación similar ocurrió en la Iglesia Diocesana de Talca, ubicada en la región del Maule, una de las más afectadas, que informa lo siguiente:
«La Iglesia ha sido afectada directamente por este terremoto. Sacerdotes, religiosos (as), agentes pastorales han quedado sin casa. De 51 parroquias y santuarios de la Diócesis, catorce tienen daños irreparables: La Huerta del Mataquito, Curepto y Hualañé en la zona Costa. Jesús Obrero, Santuario El Carmen e Iglesia San Francisco en Curicó Ciudad. Sagrada Familia, Cumpeo en Curicó Rural; Los Doce Apóstoles (Apóstol Andrés, Apóstol Pedro) en la zona Talca Ciudad. Bajo Lircay, El Sauce, Maule y Colín en la zona Talca Rural; 18 parroquias se encuentran con daños severos y 19 sin ningún daño. 4 casas de los Hogares de Estudiantes que acogen a más de 200 jóvenes, también han quedado sin casa.»
Por su parte, en la diócesis de Rancagua antiguas iglesias fueron especialmente dañadas por el terremoto. En Codegua, la Iglesia de Nuestra Señora de la Merced tuvo que ser clausurada por daños estructurales. En Graneros, el Santuario de la Inmaculada Concepción, templo jesuita que data de 1756, está con severos problemas en toda su estructura. En la localidad de Pelequén, la tradicional cúpula de cobre del Santuario de Santa Rosa se desplomó sobre la nave central de templo, destruyéndolo por completo.
Estos informes, aún parciales, son un verdadero desafío para los católicos y autoridades eclesiásticas quienes con esperanza, unión y trabajo deberán asumir el desafío de reconstruir estos espacios dedicados al encuentro con Dios y con los hermanos.
Recomendaciones para abordar los daños en iglesias
La Comisión Nacional de Bienes Culturales de la Iglesia hizo públicas una serie de recomendaciones dirigidas a los responsables de los templos, con el objeto de actuar correctamente y con mucha prudencia frente a los daños estructurales provocados por el terremoto.
La Comisión sugiere proceder de la siguiente manera:
1.- Cubrir los sectores dañados con materiales aislantes provisorios, como laminas de plástico grueso sobre techos y cubiertas destruidos, paneles o entablados provisorios en los muros o costados, y contrafuertes de madera para sostener muros en peligro de caer.
2.- Retirar los materiales, cualquiera, con cuidado sin tirarlos con brusquedad, aunque estén muy dañados o quebrados.
3.- Guardar protegidos los objetos con riesgos de daños o robos. Y muy importante: si hay objetos, como imágenes o pinturas, que están dañados o deteriorados, recoger todos los trozos, hasta los más pequeños, y guardarlos junto al objeto, o debidamente identificados para su posterior restauración.
4.- Fotografiar cada detalle de cada sector dañado, y de cada objeto dañado.
5- Guardar muestras de los materiales de la construcción, identificados en relación con las fotografías.
6.- Tener mucha prudencia sobre como proceder en la recuperación, sobre todo si el edificio es patrimonial o forma parte de las raíces o entorno característico del lugar o de la comunidad. Para ello es indispensable:
a) Recopilar todos los antecedentes del edificio: planos, dibujos, documentos de la construcción y documentos de trabajos anteriores. Las cuentas y rendiciones son las más verídicas.
b) Contactar maestros y profesionales probadamente idóneos en patrimonio o en edificios en particular. Verificar que sean especialistas o que sean guiados por ellos.
c) Pedir apoyo a la comunidad y feligreses para defender los edificios y bienes frente a robos y saqueos. Estimularlos para apoyar con medidas de protección, porque esos bienes son su orgullo, testimonios de su historia, de la fe de sus antepasados y de la identificación de su barrio y comunidad. Y es un patrimonio en peligro porque sus bienes son codiciados por personas inescrupulosas y sin cariño por su comunidad.
Gaudium Press / Igor Roco
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