domingo, 05 de mayo de 2024
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Observador de la Santa Sede en la ONU pide más medidas que valoren y protejan a las mujeres

Nueva York (Miércoles, 07-05-2010, Gaudium Press) Las mujeres necesitan ser valoradas y fortalecidas en su desarrollo, sus dones y talentos, reconocidos. Es un pedido -de cierta forma obvio, pero todavía extremamente pungente en los días actuales- hecho por el Arzobispo Celestino Migliore durante sesión del Consejo Económico y Social sobre Igualdad de Género y Fortalecimiento de las Mujeres de la ONU, realizada en Nueva York el 1º de julio.

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Mons. Migliore  Foto: Agencia Sic

Mons. Migliore es el jefe de la delegación de la Santa Sede, en la sede de las Naciones Unidas en Nueva York y habló, entre otras cosas, sobre la implementación de las metas internacionales referentes a la mejoría de las condiciones socio-económicas y políticas de las mujeres en el mundo. La Santa Sede divulgó ayer, por medio de su Sala de Prensa, el discurso íntegro del observador, que fue nombrado por el Papa la semana pasada nuevo Nuncio Apostólico en Polonia y dejará, por lo tanto, el cargo.
En su discurso, el Arzobispo afirmó que todas las mujeres adultas y adolescentes buscan el reconocimiento de sus valores, y un papel más digno en el desarrollo. En este sentido, el prelado aseveró que cualquier deliberación sobre la cuestión de las mujeres será incompleta sin asegurar el progreso de ellas. «(Las mujeres) son agentes dinámicas del desarrollo en la familia, la sociedad y el mundo», dice.

Mons. Migliore argumentó, también, que a partir del compromiso de los líderes mundiales de alcanzar las metas del milenio propuestas por la ONU, algunos progresos memorables ya han sido conseguidos en el desarrollo de políticas multilaterales y nacionales. «Hasta en los países que están atrasados en muchos aspectos, las mujeres están adquiriendo un papel más prominente en la vida pública, especialmente en el ámbito político», dijo.

El jefe de la delegación afirmó que el fortalecimiento de las mujeres presupone la dignidad humana universal y denota la complementariedad entre hombres y mujeres. Fortalecer a las mujeres en su desarrollo, dijo también el Arzobispo, significa reconocer los dones y talentos de cada mujer, y también honrar la capacidad de ellas de servir y dedicarse a la sociedad y la familia, a través de la maternidad, lo que requiere también auto-donación.

Mons. Migliore declaró, además, que la Santa Sede ve con preocupación que las desigualdades entre individuos y entre países están creciendo, y que varias formas de discriminación, explotación y opresión de mujeres y niñas aún persisten. Para él, esto puede y debe ser modificado con la provisión de medidas de protección social adecuadas y apropiadas a los contextos de cada país.

Problemas que afectan particularmente a las mujeres

En el ámbito de la salud, Mons. Migliore afirmó que es preciso proporcionar un sistema de salud adecuado a las mujeres, pero se mostró optimista, ya que, según él, diversos estudios científicos demuestran notables mejoras en la reducción de la mortalidad materna e infantil. En el ámbito de la economía, el Arzobispo sostuvo que el fortalecimiento financiero de las mujeres es esencial para el desarrollo económico de la familia y la sociedad.

El observador vaticano habló, igualmente, sobre la violencia cometida contra las mujeres, principalmente en sus hogares y en los ambientes de trabajo, y también a la discriminación que se presenta en el campo profesional. Según el prelado, a través de medidas laborales legales y políticas nacionales, los agresores deben ser llevados a la justicia, y costeada la rehabilitación de las mujeres agredidas.

El Nuncio Apostólico discurrió, además, respecto a las mujeres migrantes y refugiadas. Según Mons. Migliore, su delegación ha apoyado iniciativas a favor de los derechos de estas mujeres. «Campañas de derechos humanos especialmente para adolescentes y mujeres deben ser promovidas desde las escuelas primarias y también a través de la educación no-formal.

Sociedades civiles, ONGs, asociaciones de mujeres y organizaciones religiosas pueden contribuir mucho para la enseñanza de derechos humanos y en la calidad de la educación».

Por último, Mons. Migliore afirmó que cuanto más sea protegida y promovida la dignidad de la mujer, más serán verdaderamente estimulada la familia, la comunidad y la sociedad.

 

 

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